Selfies en la zona de exclusión de Chernóbil causan indignación (Fotos)

Selfies en la zona de exclusión de Chernóbil causan indignación (Fotos)

Los visitantes toman fotografías en un jardín de infancia en la aldea abandonada de Kopachi, cerca de la Central Nuclear de Chernóbil, Ucrania, el 2 de junio de 2019. Foto tomada el 2 de junio de 2019. REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

 

Un aluvión de turistas tomándose selfies en Chernóbil -una apenas vestida con ropa interior- tras el éxito de una serie de televisión sobre la peor catástrofe nuclear de la historia ha provocado una ola de indignación que llevó al creador de la serie a reclamar un mayor respeto por los difuntos.





La planta nuclear y la vecina ciudad abandonada en Ucrania han sido testigos de un pico de visitantes desde que en mayo se emitió la serie de HBO acompañada por excelentes críticas.

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

Sin embargo, algunos han sido criticados por no respetar la trágica historia del sitio con inapropiados selfies, un tema cada vez más común en las zonas de desastre.

“Es maravilloso que #ChernobylHBO haya inspirado una ola de turismo en la Zona de Exclusión. Pero sí, he visto las fotos dando vueltas”, tuiteó Craig Mazin, el creador de la miniserie “Chernobyl”.

 REUTERS/Valentyn Ogirenko TPX IMAGES OF THE DAY

 

“Si visita la zona, por favor recuerde que allí ocurrió una terrible tragedia. Compórtense con respeto por todos los que sufrieron y se sacrificaron”.

Una usuaria de Instagram posó frente a un edificio abandonado en Pripyat, la ciudad fantasma que una vez albergó a 50.000 personas que trabajaban principalmente en la planta, con el traje para materiales peligrosos abierto para mostrar su tanga.

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

Otro hizo un gesto de victoria mientras sonreía desde un mirador con vistas a la instalación nuclear, y varios otros hicieron poses glamurosas con la baldía tierra radioactiva como fondo.

“No hay respeto por los que murieron en esta catástrofe”, comentó el usuario de Instagram, nathhaa_, en una de las entradas.

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

En abril se cumplió el 33º aniversario de la catástrofe de Chernóbil en la entonces soviética Ucrania, causada por una prueba de seguridad fallida en el cuarto reactor de la central atómica que envió nubes de material nuclear a gran parte de Europa.

El accidente causó la muerte instantánea de 31 personas y obligó a decenas de miles a huir. Se cree que hasta 115.000 personas han muerto de enfermedades relacionadas con la radiación, como el cáncer, aunque las estimaciones varían.

Desde el campo de concentración de Auschwitz hasta el monumento conmemorativo del Holocausto en Berlín, los usuarios de los medios sociales que persiguen ‘likes’ y seguidores han sido acusados a menudo de ser insensibles con su entorno.

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

En marzo, la ciudad estadounidense Lake Elsinore declaró una crisis de seguridad pública después de que la “superfloración” de amapolas en un cañón cercano atrajera a decenas de miles de visitantes, y turistas que se hacen selfies han molestado a los propietarios de atractivas propiedades en París y Londres.

SoloEast, una empresa que ofrece viajes a Chernóbil y que vio un aumento del 30% en las reservas después de la serie HBO, dijo que pidió a los visitantes que respetaran el lugar, y la mayoría se mostraron comprensivos.

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

“Pedimos a nuestros clientes que no tomen fotos irrespetuosas”, dijo el director de SoloEast, Sergiy Ivanchuk, a la Thomson Reuters Foundation.

“Muy raramente la gente va a estos sitios porque disfrutan, de alguna manera morbosa y oscura, del sufrimiento de otros. Van porque estos lugares son importantes e interesantes”.

La miniserie de HBO describe las secuelas de la explosión, la vasta operación de limpieza y la investigación subsiguiente.

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

El desastre y la forma en que el gobierno lo gestionó -la orden de evacuación solo llegó 36 horas después del accidente- pusieron de manifiesto las deficiencias del sistema soviético, con su incomprensible burocracia y su arraigada cultura del secretismo.

Reuters

REUTERS/Valentyn Ogirenko

 

REUTERS/Valentyn Ogirenko

Menu