No es el guión de una película romántica de Hollywood, aunque bien podría tratarse de uno. En junio de 1944, el hoy veterano de guerra estadounidense K.T. Robbins desembarcó, junto a miles de oficiales, en las playas de Normandía para frenar las aspiraciones de un ejército nazi cada vez más debilitado.
Por: ABC
Tras la llegada, el destacamento se instaló, durante las primeras semanas, en la localidad fronteriza de Briey, a la espera de nuevas órdenes. Allí, el joven Robbins conoció a Jeannine Ganaye, de 18 años, con quien mantuvo un fugaz idilio. Ambios se enamoraron, pero las vicisitudes de la guerra les obligaron a decirse adiós dos meses después. No se imaginaron que volverían a verse. Sin embargo, 75 años después, esta semana se obró el milagro.
«Le dije que tal vez volvería y la llevaría conmigo, pero no fue así», confesó, afligido, el oficial retirado a la cadena de televisión France 2, que ha organizado el reencuentro. Robbins asistió la semana pasada a los actos de conmemoración del 75º aniversario del Día-D, donde relató a los medios su particular historia.
El veterano de guerra mencionó el amorío que mantuvo con Ganaye, y la cadena se puso manos a la obra para encontrar a la mujer, de la que Robbins no guardaba muchas esperanzas de que siguiera con vida. Pero no fue así. La cadena dio con ella –hoy tiene 92 años y vive en una residencia en Montigny-les-Metz, muy cerca de su Briey natal– y ambos pudieron, finalmente, volverse a ver.
Aunque la guerra les unió tan rápido como les separó, ambos se siguieron siempre amando en secreto a pesar de seguir con sus vidas y llegar incluso a casarse, según admitieron a los periodistas. Aún así, Robbins conservó una foto de su amada, con la esperanza de volver algún día a Europa para buscarla. Ella, por su parte, se afanó en aprender algo de inglés para poder hablar con él en caso de que regresara. «Fue muy amable y creo que me amaba», cuenta Robbins, que fue movilizado una mañana, de pronto y sin previo aviso, al frente oriental. Mientras le decía adiós, la joven lloró mientras veía el camión alejarse y desvanacerse en el horizonte.
«Jeannine, te quiero, mi amor», le dice en el vídeo el militar, ahora viudo –al igual que Ganaye– en el momento de despedirse, entre besos y abrazos. Y prometen volver a verse, antes de partir. Como en 1944.