El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, renunciará este miércoles a su acta de diputado del Parlamento Europeo (PE) y continuará en funciones en el Gobierno del líder socialista, Pedro Sánchez.
Según fuentes de Exteriores, Borrell, quien está en Bruselas para participar en la reunión de la OTAN, tiene previsto acudir a la sede de la Eurocámara para hacer oficial la renuncia al escaño, que había obtenido en las pasadas elecciones del 26 de mayo.
El ministro ha convocado a la prensa en el PE a las 15.00 horas (13.00 GMT) de este miércoles para explicar las razones de su renuncia.
Borrell fue cabeza de lista en las últimas elecciones europeas, que los socialistas españoles ganaron con 20 de los 54 eurodiputados que corresponden a España, y debía recoger el acta antes del 2 de julio, cuando se constituirá la cámara.
La decisión de renunciar le permite seguir adelante “con todo”, tanto con su puesto como ministro en el Ejecutivo español en funciones como candidato a alguno de los altos cargos de la Unión Europea que están en negociación, aunque nada está decidido ni garantizado.
Borrell, quien fue presidente del Parlamento Europeo entre 2004-2007, es uno de los principales candidatos españoles a ocupar uno de los cinco grande puestos europeos que los países miembros deben dirimir en los próximos días.
Pendiente de renovación están las presidencias del Parlamento, la Comisión y el Consejo, así como el Alto Representante para la Política Exterior de la UE (que automáticamente ocupa una de las vicepresidencias de la Comisión) y, en breve, será necesario elegir al nuevo presidente del Banco central Europeo.
Ser eurodiputado no es condición para ocupar ninguno de estos puestos, por lo que Borrell seguiría estando entre los principales candidatos y, a la vez, no se ve obligado a dejar de ser ministro, al menos hasta que se conforme el próximo Gobierno español, pendiente de que Sánchez pueda renovar como jefe del Ejecutivo con el apoyo de una mayoría parlamentaria.
No obstante, fuentes próximas a la negociación explican que “encajar todas las piezas” de la negociación para los puestos europeos no está resultando nada fácil.
La designación de los cargos clave debe atender a criterios de distribución “norte-sur, este-oeste, hombre-mujer y por supuesto entre conservadores, liberales y socialdemócratas”.
EFE