Manifestantes opuestos al gobierno intentaron entrar este lunes en el Parlamento local de Hong Kong rompiendo cristales, mientras la policía lanzaba gases lacrimógenos, constataron periodistas de la AFP, antes de una manifestación prevista por el 22º aniversario de la retrocesión a China.
La policía respondió con gases lacrimógenos y un despliegue de antidisturbios dentro del edificio, que ha estado en el foco de las manifestaciones en las últimas semanas, en reacción a un proyecto de ley del gobierno para autorizar las extradiciones a China continental.
Las manifestaciones reflejan el temor de los habitantes de Hong Kong ante la creciente influencia del gobierno de China con la ayuda de líderes del mundo de las finanzas en la ciudad.
En la madrugada del lunes, grupos de jóvenes encapuchados ocuparon y bloquearon las tres principales arterias de Hong Kong con barreras metálicas.
En las calles adyacentes, Sam Mu, un artista, enarbolaba banderas negras. “Es el símbolo de la caída de nuestra ciudad”, afirmó. “Las libertades de nuestra ciudad menguan. Nos dirigimos hacia el autoritarismo”.
Los policías antidisturbios, equipados con cascos y escudos, hicieron frente a los manifestantes, con porras y gases lacrimógenos, mientras que grupos de manifestantes replicaban lanzándoles huevos.
– Erosión de las libertades –
El movimiento, que nació del rechazo al proyecto de ley sobre extradiciones, fue ganando fuerza hasta denunciar también la acción del gobierno local, en el que muchos hongkoneses dejaron de confiar al percibir que ha permitido, o incluso favorecido, que Pekín erosione sus libertades.
Aunque Hong Kong fue transferida de Reino Unido a China en 1997, el territorio aún es administrado bajo un acuerdo conocido como “un país, dos sistemas”.
Así, los habitantes del territorio disfrutan de derechos raramente vistos en la China continental, pero muchos sienten que lentamente el gigante asiático va superando el acuerdo.
Por cada aniversario de la retrocesión, los activistas locales organizan enormes manifestaciones para reclamar sus exigencias democráticas, incluyendo la posibilidad de elegir a un Ejecutivo local por sufragio universal.
En años recientes fueron capaces de movilizar enormes multitudes -incluyendo una ocupación de dos meses en 2014- pero, sin embargo, no lograron concesiones de importancia por parte de Pekín.
Las protestas de este año, no obstante, tienen lugar después de tres semanas de manifestaciones contra el polémico proyecto de ley, que permitiría la extradición de detenidos en Hong Kong para que sean procesados por la justicia de China continental.
Los manifestantes también exigen la dimisión de la jefa del gobierno local, Carrie Lam, así como que las personas detenidas en las protestas de las últimas semanas dejen de ser procesadas.
Debido a la magnitud de la insatisfacción popular, Carrie Lam decidió suspender temporalmente el tratamiento del controvertido texto.
– Desobediencia civil –
Los activistas, jóvenes estudiantes en su mayoría, prometieron continuar con su campaña de desobediencia civil.
“Pase lo que pase, no perderemos el ánimo”, declaró Jason Chan, un contable de 22 años. “La resistencia no es una cuestión de un día, es a largo plazo”.
La manifestación de este lunes seguirá el mismo recorrido que en años precedentes, hasta el Parlamento local.
En paralelo, manifestantes pro-Pekín también se congregarán en el mismo punto de salida, por lo que se teme que se produzcan altercados.
El domingo, decenas de miles de simpatizantes del gobierno se manifestaron para apoyar a la policía, en una muestra de la brecha creciente que divide a la sociedad hongkonesa. AFP