“Antes se vendían hasta doscientas arepas en un momento y ahora de broma sesenta en el día. El pasajero de hoy es otro; Llega al aeropuerto estresado, apurado e inseguro del vuelo. Teme que se lo cancelen, le vendan el cupo. Y si no lo ha comprado la angustia que refleja es mayor. Una persona así lo menos que está pendiente es de comerse una arepa. Hay que redoblar esfuerzos para que el negocio no vaya en picada. Es nuestra única fuente de empleo”, manifestó Lervis Martínez, encargado de una venta de arepas en el terminal nacional. Así lo reseña laverdaddevargas.com
Explica que en el establecimiento hay nueve trabajadores, “A veces nos venimos de madrugada, en especial, los días viernes cuando hay más vuelos. Siempre las primeras horas hay gente con hambre y a pesar de los precios que oscilan entre 25 mil y 31 mil bolívares tratamos de negociar para venderlas al cliente ofreciéndoles alternativas”.
Reitera que no se quieren irse del país. “Conozco del triste testimonio de muchos de mis compañeros que están afuera trabajando hasta doce horas solo para medio comer. Para pasar trabajo y medio vivir prefiero hacerlo en mi país”.