El Gobierno de Paraguay reconoció este martes que la aparición de un grupo armado formado por indígenas, que reivindicó el asesinato anoche del capataz brasileño de una finca agrícola en el este del país, sería un “hecho nuevo” en caso de ser confirmado.
Una veintena de personas con armas largas y cortas asaltó la noche del lunes una estancia, en las proximidades de la ciudad de Pedro Juan Caballero, y tras matar al capataz dejó pasquines a nombre de la “Brigada Indígena contra Matones de Estancia”.
“La presencia de indígenas es un hecho nuevo, hay que reconocerlo”, dijo a los medios el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor.
El ministro explicó que en la zona donde tuvo lugar el ataque ya existe un conflicto “entre estancieros y grupos nativos”, aunque indicó que manejan esa información “con prudencia para poder confirmarla”.
Durante el ataque, los asaltantes mataron a Avelino Camargo, el administrador de la finca, propiedad de ciudadanos brasileños, según las informaciones preliminares de las Fuerzas Armadas.
Los militares agregaron que entre los atacantes había varías personas con “rasgos indígenas”, que como el resto del grupo iban a cara descubierta y vestidos con uniformes de camuflaje.
Sin embargo, Villamayor señaló que de momento no está confirmado que los agresores tenían rasgos indígenas.
Antes de darse a la fuga, el grupo dejó varios panfletos firmados por la “Brigada Indígena contra Matones de Estancia”, un grupo del que no se tenían informaciones hasta la fecha.
Algunos medios locales relacionaron a este grupo con la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que tiene antecedentes de ataques a estancias agrícolas que utilizan productos agrotóxicos en sus plantaciones de soja.
En ese sentido, Villamayor no descartó que el EPP esté integrando indígenas en sus filas, aunque subrayó que “los equipos de seguridad tienen que trabajar sobre hechos confirmados”.
El EPP se viene financiando mediante secuestros de empresario agropecuarios y en los últimos años ha tenido como objetivo a miembros de las comunidades menonitas.
La semana pasada se cumplieron cinco años del secuestro por parte del EPP del suboficial de la Policía Nacional Edelio Morínigo, de quien no se tienen noticias desde entonces.
El Gobierno tampoco tiene datos sobre el ganadero Felix Urbieta, que fue secuestrado en octubre de 2016 por una facción escindida del EPP.
EFE.