En la cuarta entrega de “Toy Story” llegó un nuevo personaje llamado “Forky”, que en la película llega a enternecer porque es producto de la creatividad de “Bonnie”, la dueña de todos los famosos juguetes de la saga. Así lo reseña infobae.com
Pero aunque en pantalla se ve inofensivo, en la vida real resultó no serlo, por lo que Disney hizo caso a recomendaciones legales y decidió retirarlo del mercado.
En medio del lanzamiento de la película, el juguete salió a la venta, pero la compañía no esperaba una recomendación que hizo la Comisión de Protección al Consumidor de Estados Unidos.
Recomendaron que se debería retirar el juguete a los niños de inmediato “y devolverlo a cualquier establecimiento de la Tienda Disney, Walt Disney World o a la tienda del parque temático Disneyland Resort para obtener un reembolso completo”.
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Explicaron que el “Forky” tenía ojos de plástico que podían ser desprendidos fácilmente por los niños, y en ese caso, podrían ingerirlos y los habría puesto en riesgo de asfixia.
Antes de lamentar, la compañía decidió retirar las unidades del juguete, luego de que 80.000 ejemplares fueron vendidos solo en Estados Unidos.
A través de un comunicado, Disney confirmó que “voluntariamente” han retirado al ‘Forky’ de 11 pulgadas (unos 28 centímetros) debido a un defecto de fábrica.
“Nada es más importante que la seguridad de nuestros clientes”, establecieron, junto a los número de referencia del muñeco afectado, que son: FAC-024868-18338, FAC-024868-19032, FAC-024868-19060 y FAC-024868-19091.
En la película, “Forky” tiene un problema de identidad y no se percibe como juguete. Si bien Woody quiere ayudarlo para que descubra su real importancia para Bonnie, él se da a la fuga.
Todo se complica cuando el vaquero y sus amigos terminan perdidos en una tienda de antigüedades, lugar en el que deberán hacer frente a Gaby Gaby, una muñeca de plástico secundada por un grupo de siniestras marionetas.
Pese a la simpleza del juguete, ha sido un furor. Se ha vendido por precios altos, aunque en el caso de México, la creatividad de los comerciantes los llevó a fabricar sus propias versiones, con materiales baratos y vendiéndolos a muy bajo costo.