La primera ministra de Aruba, Evelyn Wever-Croes, dijo este jueves que a pesar de la decisión de Venezuela de reabrir la frontera, ese territorio autónomo parte de los Países Bajos la mantendrá cerrada a causa de la creciente inmigración que llega del país suramericano.
Wever-Croes, en conferencia de prensa, desmintió los rumores de los últimos días que apuntaban a que Aruba abriría la frontera con Venezuela.
Dijo que su Gobierno es consciente de que la frontera con Venezuela no se puede mantener cerrada por tiempo indefinido y que por lo tanto se prepara el establecimiento de un sistema electrónico de autorización de viaje para los nacionales que lleguen del país suramericano, una réplica del sistema migratorio de Estados Unidos.
El sistema automatizado en marcha determinará qué visitantes pueden viajar bajo un programa de exención de visa.
En febrero, Venezuela cerró unilateralmente las fronteras con Aruba, Bonaire y Curazao, y el 10 de mayo, después de que Venezuela anunció que reabriría la frontera con Aruba, el territorio caribeño dio a conocer inmediatamente el cierre de su lado.
“Esta decisión fue motivada por el creciente problema creado con la migración masiva que llega a Aruba y el hecho de que las fronteras con Bonaire y Curazao no se abrieron simultáneamente”, señaló.
La primer ministra señaló que cualquier persona que quiera viajar desde Venezuela a Aruba pronto podrá solicitar el permiso a través de internet, un método similar al ESTA estadounidense.
“De esta manera se verificará mejor quién y cuánta gente de Venezuela ingresa a Aruba”, matizó.
Dijo que mientras se trabaja en la legislación y la puesta en marcha del sistema automatizado, tras agregar que se espera que los preparativos se demoren durante dos meses.
Mientras no esté listo, la frontera no se puede abrir, según remarcó.
Aruba, un territorio caribeño parte del Reino de los Países Bajos situado 25 kilómetros al norte de la península de Paraguaná, al noroeste de Venezuela, cuenta con poco más de 100.000 habitantes repartidos en 180 kilómetros cuadrados.
EFE