El Senado de Estados Unidos confirmó este martes a Mark Esper como secretario de Defensa, poniendo fin al periodo más largo que el Pentágono ha pasado con un titular interino, en momentos en que crece la tensión con Irán y Washington busca cerrar el capítulo Afganistán.
El segundo secretario de Defensa del presidente estadounidense Donald Trump asumirá el cargo casi siete meses después de la sonada renuncia de Jim Mattis, un respetado militar que dejó la cartera debido a sus desacuerdos sobre la política del mandatario en Medio Oriente y Afganistán.
Esper, de 55 años, quien ejercía desde 2017 como secretario del Ejército y tiene una carrera militar, tuvo un sólido apoyo de ambos partidos en el Senado, que lo confirmó por 90 votos contra ocho.
Según el Pentágono, Esper debería jurar el cargo este martes en la tarde.
Su confirmación se produce en momentos en que Estados Unidos sigue involucrado en dos guerras -Siria y Afganistán- y crece la tensión con Irán.
“Él tiene la responsabilidad particular de aconsejar a un presidente que no tiene experiencia en seguridad nacional. Yo creo que Esper está a la altura”, dijo el senador demócrata Dick Durbin.
El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell alabó la trayectoria de Esper, a quien definió como un “candidato bien preparado”, que tiene el respeto del sector de la seguridad nacional y está listo para comenzar a trabajar.
“El mundo está lleno de amenazas para Estados Unidos, para nuestros aliados y nuestros intereses, especialmente la insistencia de Irán de seguir provocando tensiones en Medio Oriente”, dijo McConnell durante un pleno el lunes.
– Experiencia en combate –
Esper tiene una sólida experiencia en Medio Oriente. Como militar combatió en Irak durante la Guerra del Golfo de 1991 y formó parte de la famosa división aérea “Screaming Egles” (Grito de las águilas).
En el plano político, el nuevo secretario de Defensa domina los engranajes del Congreso y ha aconsejado a varios senadores, entre ellos al republicano Chuck Hagel, que después se convirtió en jefe del Pentágono.
También es muy cercano al secretario de Estado, Mike Pompeo, con quien estudió en la prestigiosa academia militar West Point hasta su graduación en 1986.
Pero sus vínculos con la industria de la defensa generaron resquemores durante el proceso de confirmación.
Elizabeth Warren, que aspira a la candidatura presidencial demócrata para los comicios de 2020, le reprochó sus vínculos con el conglomerado de defensa Raytheon, donde ocupó un cargo directivo durante siete años hasta que Trump lo designó para hacerse cargo del Ejército.
“A los 18 años fui a West Point y juré defender la Constitución e hice mía la consigna ‘El deber, el honor y el país'”, le respondió Esper. “Y desde entonces, siempre viví mi vida de acuerdo a estos valores. Yo fui a la guerra por este país”, agregó.
Las primeras decisiones del nuevo jefe del Pentágono serán seguidas con atención, especialmente respecto a temas sensibles, en particular el despliegue de tropas en la frontera con México, que ya lleva varios meses y que muchos mandos militares consideran como un desperdicio de recursos.
AFP