Con motivo al 452 aniversario de Santiago de León de Caracas, he querido compartir una hermosa reseña escrita por Francisco Gómez y que encontré en días recientes en la prensa de 1987, una crónica que seguramente algunos vecinos de La Pastora recordarán, ya que su protagonista fue Críspulo Neda,” Caraqueño” de Pariata, el último de los colectores del tranvía eléctrico que circuló a principios de siglo en Caracas y quien para entonces con sus 93 años a cuestas revivió esa época en que le tocó trabajar en el “único servicio público que no contaminaba la ciudad”.
Resalta la nota:
“Ayer rodeado por hijos, nietos y bisnietos, Críspulo como le gusta que lo llamen, nos recordó teniendo como escenario su solariega casa de La Pastora, los diez años que le tocó trabajar en este medio de transporte y la Caracas de aquella época que ayer cumplió 420 años.
-Los tranvías eléctricos eran pesadas máquinas que entre 1900 y casi llegando los treinta, cruzaron la ciudad desde Catia a La Pastora y de la Quebrada Honda a El Paraíso.
-Tenían su terminal en una zona muy cercana a la Plaza Bolívar y con medio los habitantes de la ciudad podían comprando la correspondencia o tickets que le daba la oportunidad de ir hacía los cuatro extremos de la ciudad que eran estas urbanizaciones.
La Peste paralizó el Transporte
Críspulo Neda nos habló que para esa época la gente era más conservadora, amistosa y era común cosa que no sucede ahora, que cuando los usuarios del tranvía se montaban o subían se saludaban cordialmente.
-Sería muy bueno que los jóvenes de ahora conocieran estos bellos aspectos de Caracas de esos años que me tocó vivir, cuyos linderos llegaban hacía donde iban en excursiones las familias los fines de semana.
-La Pastora, el único lugar de la ciudad que todavía con sus casas nos hace recordar la Caracas de los años veinte y es por eso que no me mudaría de esta parroquia por ningún concepto.
El único colector del tranvía que vive aún, nos comentó que durante los años que trabajó en el servicio público, ganaba diariamente tres bolívares con ochenta céntimos diarios, sueldo que le alcanzaba para ayudar a sus padres y para ir a los fines de semana a fiestas que comúnmente se realizaban en el centro de la Ciudad, cercana a la Plaza de San Jacinto.
En medio de su conservación nos dijo que este medio de transporte la única vez que dejó de prestar sus servicios y solo fue por algunos días, fue cuando a la mayoría de los empleados de este servicio público, a excepción de él, les dio la Peste Española (fiebre amarilla) epidemia que afectó a un gran sector de la población caraqueña.
Críspulo Neda, en su pausada conversación, se quejó de los carros y autobuses de la Caracas de hoy, “que no deja vivir a los caraqueños”. Expresó que el como gobernante, ordenaría sin ambages que este hermoso servicio de transporte como era el tranvía electico debería nuevamente ponerse a funcionar, aliviado al caraqueño de esta pesada contaminación en la que vive.”
Caracas, 26 de julio de 1987
Fuente: Últimas Noticias Imagen de Don Críspulo, el último colector del tranvía /Imágenes de Caracas en Retrospectiva.
María F Sigillo G
Abogada, Directora de Cooperación y Relaciones Interinstitucionales de la UCV
DICORI-UCV
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