El criterio expuesto es compartido por la mayoría del país y otras 54 naciones del mundo. Y representa nuestra aspiración y objetivo y primer plan país.
Entre los muchos luchadores por la causa de la democracia en estos 20 años resaltamos la figura de José Méndez, un digno profesional venezolano de la ingeniería, PHD, políglota y profundamente religioso y coherente con su fe cristiana. Pasó a ser un nuevo preso político y relatan que ha sido torturado. Pedimos su libertad inmediata. Es un hombre de principios y valores, que se ha movido, viajado y aportado a los expedientes de las futuras causas ante la CPI.
Son 20 años de latrocinios, destrozo de la infraestructura de un país y ruina de la agricultura, comercio e industria. Y así llegamos a la barrida de las instituciones para sustituirlas por una corporación criminal que menoscaba la soberanía de nuestro territorio con la entrada de grupos irregulares mejor descritos como mafias. Un grupito que manda, dispone, humilla, hace y deshace, dominando vilmente por la comida y salarios devaluados por trabajos improductivos.
Todos los esfuerzos deben dirigirse a ese único objetivo claro y justiciero: cese de la usurpación. No vale la pena empañar esta lucha legítima en la que muchos mártires han donado su vida, para llegar a la orilla de una negociación chucuta en la que se corre el riesgo de que se filtren de nuevo los detritos de la corrupción, muerte y miseria. La lucha en Venezuela calza los puntos de una gran causa que concita la admiración y aprobación del mundo.
Quienes hemos aportado nuestros mejores años en la lucha por el rescate de la democracia, dejando atrás carreras, confort, empresas y ganancias, sentimos el compromiso de no cejar en el coraje, coherencia y el dar el todo de sí, para alcanzar el objetivo de librar a Venezuela del dominio de la corporación criminal y sus filiales del eje del mal.
Vale todo construir sobre bases sólidas y morales, la democracia que se instaurará en Venezuela y atraerá los ojos del mundo, como ejemplo de la dignidad de un pueblo, consecuente en el esfuerzo de formar una de las democracias modernas enfocada en el verdadero bienestar y progreso de su pueblo. Invocamos para ello la ayuda de Dios Todopoderoso.
¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!