En el momento de la muerte de una persona sus familiares no solo sufren por la pérdida de un ser querido, sino con el proceso de darle sepultura. Así lo reseña el-nacional.com
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La realidad económica venezolana hace que este trance sea el más engorroso. Los altos costos de un velatorio digno, una ceremonia eclesiástica, un buen lugar en el que reposen los restos y hasta el servicio de cremación dan un lapidario golpe al bolsillo de quienes tienen la que darle al fallecido su último adiós.
Uno de los camposantos que cuenta con el mantenimiento adecuado de los terrenos para inhumaciones está ubicado en el este de Caracas. Los precios de un velorio más el sepelio varían desde 4.496.160 bolívares (si los familiares no poseen una parcela) hasta 13.430.360 bolívares, dependiendo de la capilla que escoja el cliente; para los que cuentan con un terreno propio, los precios van desde 4.496.160 bolívares hasta 8.077.660 bolívares. En el caso de la cremación, el precio es de 1.232.500 bolívares.
Si desean adquirir una parcela en este lugar la compra deberá concretarse al momento del deceso. La empresa garantiza a los ciudadanos una velación corta de entre dos a cuatro horas, un ataúd básico, sin servicio de cafetín, sin honores musicales y sin flores.
Cuando el proceso es prolongado, de 6 a 24 horas, se ofrece un féretro estándar monumental, búsqueda y traslado (únicamente Caracas), preparación del cuerpo, carroza fúnebre, cafetería, arreglo floral básico, oficios religiosos en la capilla y asesoría en los trámites legales.
Otras de las opciones con las que cuentan los caraqueños es dirigirse a un cementerio localizado en las afueras de la ciudad capital. Desde hace algún tiempo, sin embargo, ya no está abierto al público sino a las personas o familiares que adquirieron previamente una parcela.
Allí, el proceso de velación cuesta desde 1.713.525,81 hasta 2.842.703,11. Este servicio garantiza: velación, sarcófago y trámites legales.
Funerarias
Las funerarias cumplen la función de velado y traslado del cuerpo. Allí, los precios son de entre 1.800.000 bolívares y 2.500.000 bolívares.
Si un hombre sufre la pérdida de su esposa y recurre a una funeraria ubicada en El Rosal, Caracas, este deberá cumplir con los siguientes requerimientos:
* Copia de su cédula de identidad.
* Acta de matrimonio.
* 2 copias del acta de defunción.
Si la despedida es por 24 horas, el costo será de 1.800.000 bolívares e incluye: traslado del difunto desde la clínica, el hospital, casa hasta la funeraria–cementerio, preparación del cuerpo, cafetín con desayunos para seis personas, las cuales deberán permanecer el tiempo estipulado de la ceremonia, y las diligencias de ley.
Si los familiares optan en cambio por un velorio de 4 o 5 horas, el costo es de 1.500.000 bolívares.
Una funeraria ubicada en La Florida solo cuenta con el servicio de despedida por 24 horas y el cliente deberá cancelar 2.500.000 bolívares.
El servicio incluye ataúd, capilla, cafetería, trámites legales y traslado del difunto desde el lugar del fallecimiento, funeraria y hasta el cementerio elegido por el cliente.
Los costos, tanto en un cementerio como en las funerarias pueden ser cancelados en bolívares, divisas en efectivo o por transferencia. El monto deberá ser consultado antes de realizar cualquier transacción en moneda extranjera y el cálculo de tipo de cambio será a través del mercado paralelo.
Lápidas
Las inscripciones no precisamente deben ser compradas en cementerios, también pueden ser adquiridas en otro establecimiento.
Los precios varían dependiendo de los requerimientos de los familiares y los mensajes que deseen expresar. También hay distintos tipos y materiales.
Las mafias en los entierros
Los camposantos tampoco escapan de los inescrupulosos que juegan con la necesidad. Una familia compró un terreno en un cementerio a las afuera de Caracas en el año 1993 y, desde entonces, el lugar sirvió para sepultar a los que ya habían fallecido. Cuando en 2018 uno de sus integrantes murió las condiciones en las que se encontraba el lugar eran deplorables.
Grama seca por falta de agua, escombros, piedras y tumbas sin lápidas fue parte del panorama que vieron. “Pude ubicar la tumba de mis abuelos gracias al vecino que mandó a hacer una lápida de porcelanato o de mármol. Así fue como pudimos reconocer el lugar”, afirmó Verónica Jiménez.
Luego de la muerte de su padre, Jiménez no ha podido hacer los trabajos correspondientes, como colocar una lápida al nicho por los altos costos. Explicó que un grupo de trabajadores, que no pertenece a la compañía, les ofrecieron realizar la losa.
“La familia puede comprar los materiales y ellos hacen la mano de obra, pero si tú traes un albañil o un jardinero externo ellos mismos te deshacen el trabajo, te roban el manto de grama y se lo llevan”, denunció.
Hizo hincapié en el incumplimiento del contrato por parte de la empresa: “Se supone que uno pagó una parcela en su momento, lo suficientemente cara por cierta exclusividad que te brindaba el cementerio”.