El problema de la izquierda no es solo de Venezuela, lo que sucede en nuestra nación posee implicaciones en todo el continente americano, y esto ya lo empezaron a comprender los demócratas del mundo.
El Foro de la muerte, se reunió en Caracas con el fin de renovar sus tácticas para seguir avanzando en América, para lograr que ese grupo criminal siga llegando al poder en nuestros países, convirtiendo a los estados de América en estados criminales y dominados por la inmoralidad, la corrupción y la destrucción ética de la ciudadanía.
Ante esta amenaza, en Brasil, cuna de esta mafia internacional, se dio éste y otros encuentros para iniciar una cruzada de voluntad democrática para frenar a estos corruptores de las sociedades latinoamericanas, y para construir un muro de contención en contra de los enemigos de la libertad.
América Latina no puede seguir siendo presa de la jauría, no puede seguir brindándole la oportunidad para que estos criminales, organizados en partidos políticos que solo sirven de parapetos institucionales para acceder al poder, con las hipócritas banderas de la justicia social, lo hagan sin contrapeso alguno.
¡No! Los latinoamericanos que amamos la libertad, que rechazamos el hambre, la miseria y la inmoralidad del socialismo, tenemos que unirnos más que nunca, amalgamar las voluntades para ponerle un coto ya a este flagelo.
¡Sí! Tenemos que evitar que violadores de los Derechos Humanos como Nicolás Maduro sigan usurpando el poder, que corruptos como Lula Da Silva salgan de sus prisiones, que Cristina Fernández de Kirchner regrese al poder, que personas como Rafael Correa sigan pregonando su veneno por los cuatro vientos sin que nadie haga nada.
Surge desde el seno de nuestras democracias, y de nuestras sociedades un grito de libertad. El partido Vente Venezuela, con María Corina Machado a la cabeza, salió a enfrentarlos en todos los terrenos y obtuvo el resultado deseado. Al final, el Foro de la Muerte resultó un enorme y costoso fracaso.
Esta semana, nosotros escuchamos en Brasil ese mismo grito de compromiso, ese mensaje de apoyo expresado por el presidente de la República Federativa del Brasil, Jair Bolsonaro.
Además, desde Buenos Aires, Mauricio Macri ha hecho lo propio, Ivan Duque en Colombia y tantos otros demócratas, a quienes les hacemos nuevamente el llamado para que refuercen y aprieten más sus posiciones en contra de la tiranía Venezuela.
En nuestro país se juega hoy una guerra, la lucha entre el mal socialista y el bien de la libertad del continente; los izquierdistas saben que Venezuela es, en realidad, su última trinchera, ésta no es Cuba, ni Bolivia, ni Nicaragua, y aún están dudosos con lo que pueda suceder en México. Aqui enfrentamos las serpientes del comunismo y las aplastaremos, con la ayuda de la comunidad democrática internacional que ya parece estar clara en que la Ruta de Coraje es la vía para recobrar la paz y la democracia en Venezuela, asi como en todo el continente.