Para la Presidenta de la Federación Venezolana de Maestros en el estado Bolívar (FVM Bolívar), Lina Maradei de Beltrán, este año escolar 2018-2019 cerró con cifras absolutamente negativas para la educación venezolana.
Maradei destacó no sólo el estado de deterioro extremo y paupérrimo en que se mantuvieron durante todo el año escolar las instituciones educativas públicas en la región guayanesa, sino también las condiciones socioeconómicas en las que laboraron los docentes regionales.
“Falta de agua, fallas eléctricas, incumplimiento del calendario escolar, inseguridad, carencia de insumos, deficiencia o ausencia total del programa de alimentación, fueron algunos de los problemas con los que tuvieron que lidiar os docentes este año escolar. Sin contar con el hambre, y los salarios de esclavo que reciben, que ni para mantener a sus familias alcanza”, remarcó.
Sostuvo que casi la mayoría de las escuelas en el estado Bolívar tienen registro de deserción escolar, y renuncia de docentes. Maradei teme que esto pueda agravarse para el venidero año, frente a un posible aumento de la diáspora en los próximos meses, afectando la educación venezolana. “Me atrevo a decir que casi en un 50% las escuelas en la región se quedaron sin docentes, y sin alumnos. Esto puede acrecentarse para el año escolar 2019-2020, produciendo una disminución de la matrícula”, advirtió.
Dijo que “este ha sido el peor año escolar registrado en la historia de la educación venezolana”.
Para la presidenta de la FVM Bolívar existe una destrucción total del poder adquisitivo, y refirió como el salario de un docente, y del venezolano trabajador, sigue en picada frente al alza de los rubros alimenticios.
Acotó que de acuerdo al último estudio del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) el precio de la canasta alimentaria familiar para el mes de junio se ubicó en 2.625.578 bolívares, equivalente a 328,19 dólares, lo que serian 65,6 salarios mínimos. Sin embargo, la canasta básica, que incluye alimentos más servicios básicos, se ubicó en 4.753.331 bolívares, equivalente a 120.8 salarios mínimos, para lo que se necesitaban 604,16 dólares.
Esto significaba que, sólo en junio, una familia requería de cuatro salarios mínimos, que serían 161.111 bolívares diarios, para poder cubrir sus necesidades más básicas.
Maradei manifestó su preocupación a una situación que conlleva a un periodo vacacional en miseria para los docentes, y al posible retorno a clases en septiembre con mayores deficiencias, con menos docentes y alumnos.
“Estamos muy preocupados porque todo indica que las dificultades serán más, y el salario menos para que el maestro pueda sobrevivir. Si antes no podían comprarse un par de zapatos con ese salario de esclavo, en septiembre no podrán ni siquiera pagar el pasaje del transporte público para llegar a las escuelas”, lamentó.
Nota de prensa