El municipio Libertador es, conforme a los datos estadísticos de hace unos años, una de las entidades carabobeñas más empobrecidas. La ausencia de datos en la actualidad, de información pública transparente, solo nos puede indicar que no hay cambios positivos en ese drama social. No hay hueso bueno, la crisis del gas condujo a muchos vecinos a cocinar con leña, la pulverización del salario condujo a los que viven en la zona rural a comer solo yuca sancochada tres veces al día y el desmantelamiento de la educación incrementó el ausentismo tanto en las escuelas, como en los liceos e, incluso, en la universidad.
Ahora bien, podría decirse que todos estos problemas son nacionales y de hecho es así pero ¿de verdad? ¿la alcaldía del municipio Libertador no tiene nada que decir? ¿el ciudadano alcalde no puede denunciar el drama que viven quienes le eligieron como primera autoridad civil? ¿los concejales del municipio Libertador tiene que esconderse o ser invisibles?. Hace tiempo denunciamos en este espacio que las autoridades locales en Libertador solo tiene existencia en las redes sociales, pero dado que en la actualidad la conexión a internet es cada vez peor, ya ni siquiera allí podemos conocer que la alcaldía organiza alguna bailoterapia o que publique alguna nota luctuosa de los “nuevos héroes de la patria” como Fidel Castro o el “Che” Guevara.
Tal es el deterioro de la autoridad pública que la ciudadanía se hace preocupantemente desafecta del espacio público, de hecho, el régimen militar mucho habló de participación ciudadana, del gobierno comunal, de los consejos comunales y de las asambleas de ciudadanos pero los vecinos han notado el secuestro de todo ello a manos de las UBCH y terminaron por desilusionarse de tales espacios, al punto en que muchos dirigentes de consejos comunales han migrado a otros países y dicha huida de la “felicidad revolucionaria” pasa sin pena ni gloria.
Para rescatar a Tocuyito y Campo Carabobo no bastará con un cambio político nacional, este municipio requiere el esfuerzo unitario de muchos vecinos comprometidos. La dirigencia política local de la alternativa democrática tendrá que ejercer un protagonismo fundamental, pero la sociedad civil, los comerciantes, los trabajadores, los vecinos y las diversas congregaciones religiosas tienen el deber de involucrarse con la reconstrucción de la institucionalidad del gobierno local que hoy se encuentra secuestrada por la indolencia, la superficialidad y la frivolidad.
Sin embargo, debe decirse, que la fuerza que unirá a todas esas buenas voluntades deberá ser la conformación de un motivante consenso. Las lineas de ese consenso local para la reconstrucción de Libertador pueden girar entorno a algunas ideas concretas, entre ellas: 1) Transparencia Administrativa. Los nuevos funcionarios públicos deberán ser responsables ante la ciudadanía por los recursos confiados 2) Desideologización de la gestión pública. Los recursos municipales deben orientarse preferentemente a la atención de las necesidades alimentarias, dotación de servicios educativos, sanitarios y equipamiento urbano antes que al financiamiento de actividades proselitistas que pudieran imputarse como peculado de uso 3) Apertura a la cooperación humanitaria. Toda la institucionalidad municipal debe abrirse a la recepción de ayuda nacional e internacional con carácter humanitario con el fin de responder de forma urgente a las demandas de la población desasistida.
Éstas ideas, en el mejor de los escenarios, deberían encontrar realización inmediata. Pero el desaparecido alcalde y los desaparecidos concejales no son capaces de organizar un cabildo abierto en la plaza Bolívar, con invitación expresa a la alternativa democrática y a las fuerzas vivas locales, para poner sus cargos a la orden e iniciar un proceso transicional ordenando. Puede más el orgullo antes que el reconocimiento de las fallas. Si esto finalmente se termina resolviendo electoralmente, como es previsible, tendrán todas las garantías para irse a su casa como los gobernantes fracasados que son, pero la vergüenza que les acompañará como sombra no podrá quitárselas ni “Mandrake el Mago”.
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