SIN PREVIA CITA
Las cosas no van bien
Es momento de abrir los ojos.
Y mantenerlos abiertos.
Hola que tal mi gente, No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y más cuando no es tan difícil: la llegada de Juan Guaidó a la presidencia fue el 23 de Enero en una situación anormal, la esperanza de una nación que quiere cambio y dejar atrás un pasado que le estorba.
Por José Luis Monroy
Un pasado que le estorba, sin lugar a dudas: Venezuela tuvo la esperanza de un futuro mejor, por un sistema distinto. Y vean que ya estoy hablando en pasado, Venezuela tuvo, claro ya han pasado varios meses y nada, la gente ve como cada día es peor, cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres prometía el presidente juramentado en las calles de Caracas, Guaidó ha pretendido cruzar el pantano sin manchar su propio plumaje mientras se rodea de personajes, al menos cuestionables.
Cuestionables. Si cuestionables, aunque la población siga creyendo en algunos de ellos, varias bombas le han explotado en sus caras, Cuestionables, como la delegada de la ayuda humanitaria en Cúcuta, como el diputado Ramo Allup que tiene varias cosas que contar en torno a sus familiares los cuales se han lucrado con el gobierno del usurpador, y así muchos más que ya la opinión publica los conoce, Cualquiera, tan cuestionable como el mismo líder.
Cualquiera. No hay peor ciego que el que no quiere ver: quien, en su momento —y desesperado por la situación— decidió brindarle su voto de confianza al Presidente de la asamblea nacional, hoy abre los ojos y vislumbra una realidad muy distinta a la que le fue prometida. Los corruptos están en los dos lados, un dialogo que le ha dado más oxígeno al usurpador, la comunidad internacional abismada ante tanta tranquilidad cuando la ruta estaba clara, algo se desvió en el camino, y está claro que fue gracias a los que manejan al señor Guaidó desde la AN y su ley de la transición, Hoy, a casi siete meses de la llegada de Guaidó, es preciso darse cuenta de que las cosas —más allá de la propaganda de sus influencers, por un lado, y del odio sempiterno de los adversarios, por el otro— no van bien. Es momento de abrir los ojos.
Y mantenerlos abiertos.
Las cosas no van bien, y es preciso abrir los ojos. La voluntad de la ciudadanía no va en el sentido de cumplir con los deseos de quien supo vender bien la ineptitud —y la corrupción— de sus antecesores, sino de quien aseguró que podría terminar con ella para lograr un mejor gobierno. La voluntad de la ciudadanía no debe ser glorificar a un personaje, a final de cuentas coyuntural —para desgracia de su propio ego—, sino lograr las condiciones para que las instituciones cambien de una vez, y eso se logra con un cambio total, necesitamos un nuevo país con nuevas leyes, y con un rumbo definido tanto en lo político como en lo económico, y lo triste es que lo que rodean al señor Guaidó no lo quieren, solo quieren continuar con la guachafita, por la sencilla razón es que todos están embarrados, y aunque suene duro para muchos, es así.
Las cosas no van bien, y aún es tiempo de hacer algo: no hay peor ciego, de verdad, que aquél que pretende que no puede ver.
¡Como siempre, usted elige! ,
#ElLiderEresTu
@joseluismonroy