En mi reciente visita a Washington fui sorprendido por una serie de rumores, esparcidos por la clase política tradicional que tiene una enorme influencia en algunos sectores del centro de poder en EEUU.
El asunto para mi no era nuevo. Era nuevamente el catecismo de mantener control sobre las informaciones que sobre el pais se discuten ahí.
A pesar de los rumores, volví a salir del país con el pasaporte vencido y con la vigente prohibición de salida de VENEZUELA. Cómo en pasadas oportunidades tuve que recurrir a la colaboración del gobierno de Colombia.
Me reuní con el embajador Carlos Vechio- amigo personal- y le reclamé que desde su partido se hiciera regar la especie que yo estaba viajando a EEUU a llevar un mensaje de un personaje como Cabello, al cual le debo varios de mis encarcelamientos y expropiación de mis empresas.
No tengo claro hoy día el tema de Cabello, al que ni siquiera conozco personalmente. Lo que sí tengo claro, es que, no hay manera de una transición en Venezuela sin perdón, sin olvido y sin tomar en cuenta al sector militar, que es el verdadero chavismo.
Cuando a mí me preguntan cuál es el partido de gobierno actualmente, para mí el partido de gobierno no es el PSUV. Para mi es el sector militar.
En lo personal tengo una estima y un agradecimiento al expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, por su intervención en mi liberación. Él tuvo éxito después de muchas intentonas fallidas que duraron meses. Entiendo, que el principal opositor a mi liberación fue Cabello.
Ahora, ni soy amigo de Cabello, ni le odio a pesar de todo lo que ha obrado en contra de mi.
Vive, como predicas.
Entiendo el juego del poder. En política cada quien quiere mantener sus espacios.
No tomo nada personal.
Prociudadanos defiende para Venezuela los modelos económicos que han hecho a Chile, Reino Unido, Alemania, Hong Kong (después de la segunda guerra mundial), a Israel (después de una resolución que le entregó un pedazo de tierra en los años 50), y ese modelo se llama libre mercado.
Los partidos políticos tradicionales colapsaron en VENEZUELA. ¿De qué vive un partido político? De vender esperanza. Luego, si no vende esperanza, ni hay financiamiento ni hay gente. Si no hay gente, se ha desnaturalizado el partido, porque un partido solo es partido porque alberga las esperanzas de la gente.
Nosotros queremos estar en la oposición de manera transitoria ( queremos llegar al poder) y defendemos un modelo. Prociudadanos es un movimiento con vocación de ser gobierno, cuya fuerza son los jóvenes principalmente de los sectores populares, entendido como la fuerza de movilización.
Todos esos controles económicos del modelo socialista son los que nos han traído a esta desgracia que está viviendo Venezuela. ¿Qué necesita Venezuela? Desregularizar la economía, levantar el control cambiario, el control de precios, desregularizar el dólar, un esquema de aranceles bajos y parejo, crear unas zonas libres de impuestos para las empresas que producen y transnacionales.
Pero para eso necesitamos antes una transición.
Quiero ser claro: las diferencias entre nuestras concepciones del papel militar al cabo de tantos años son reales, y son importantes. Estoy seguro de que el Ministro Padrino Lopez, o general Remigio Ceballos, dirían lo mismo.
Pero antes de discutir esos problemas, también tenemos que reconocer cuantas cosas compartimos porque, en muchas formas, la FANB y los civiles opuestos al socialismo son hermanos que han estado distanciados por muchos años, aunque llevemos la misma sangre.
Ambos vivimos en un país donde sus soldados vienen de los barrios de Venezuela. Ambos nos encontramos en los juegos Caracas versus Magallanes.
A lo largo de los años nuestros hijos se han mezclado en las escuelas. O se han sentados juntos a ver la Serie del Caribe o un juego de la Vino Tinto.
Así que aún cuando el Gobierno y la oposición tradicional devinieron en adversarios a muerte, nuestros soldados y ciudadanos compartían pasiones comunes, particularmente con la llegada a Venezuela de tantos problemas producto del colapso económico.
En Fuerte Tiuna o Catia podemos encontrar lugares donde la “ reina pepiada“ ya no se puede comprar a un precio accesible o hay apagones.
A pesar de nuestras diferencias, militares y civiles compartimos valores comunes en nuestras vidas: un sentido de patriotismo y de orgullo, un gran orgullo; un profundo amor a la familia; la pasión por nuestros hijos; un compromiso con su educación. Y es por eso que creo que nuestros nietos mirarán este período de hambre y división como una aberración, y como apenas un capítulo en una historia más larga de familia y hermandad.
Lo que está haciendo el ala más radical de nuestra FANB y de la oposición política tradicional no está funcionando. Tenemos que tener el valor de reconocer esa verdad. Una política de aislamiento y odio, nos está destruyendo el pais en que TODOS vivimos ( civiles y militares).
Tenemos que dar un paso: militares y civiles. Porque tenemos frente a nuestras narices lo que Martin Luther King, Jr. llamó “la feroz urgencia del ahora”: No debemos temer al cambio, debemos abrazarlo.
Creo que cada persona chavista ) civil o militar) debe ser respetada al día siguiente de un cambio y que deben ser parte de ese Gobierno de transición. Creo que los ciudadanos deben tener la libertad de decidir qué comen y visten, de decir lo que piensan sin miedo, de organizarse y criticar a su Gobierno, y de protestar pacíficamente.
Creo que la historia no se borra quitando cuadros del Congreso bien sean de Carlos Andrés Perez o Hugo Chávez , la historia se estudia y se acepta.