La Organización de las Naciones Unidas declaró el 2 de noviembre como Día Internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas y para concientizar a la sociedad sobre la gravedad de esta violencia. La seguridad de los comunicadores sociales es vital para que las sociedades tengan acceso a una información diversa e independiente. También lo es para promover el diálogo intercultural, la paz y el buen gobierno. Sin embargo, en los últimos 12 años, más de 1000 periodistas han sido asesinados por cumplir con su cotidiana labor. Esta cifra no incluye otros crímenes como la tortura, las desapariciones, las detenciones arbitrarias, la intimidación, el acoso o las agresiones sexuales contra los comunicadores del sexo femenino.
Por primera vez, en 2017, la mayoría de los asesinatos de periodistas fueron ejecutados en países que no estaban inmersos en conflictos armados abiertos. La impunidad alrededor de esos crímenes sigue siendo alarmante, ya que solo uno de cada diez casos fue sometido a la justicia. México es el país, sin guerra, más peligroso, cárteles y políticos han implantado un sistema de terror que ha obligado a muchos periodistas, bien a resignar su profesión, o en último caso, hasta abandonar su país.
La impunidad envalentona a los criminales y conduce a una mayor violencia, daña a la sociedad en su conjunto porque encubre la corrupción, los abusos contra los derechos humanos y muchos otros crímenes que deben ser erradicados. A fin de eliminar la impunidad, en los casos de comunicadores sociales, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución en la que insta a los Estados Miembros a implementar todos los mecanismos posibles para prevenir la violencia contra estos profesionales y también para asegurar que los promotores y ejecutores de esa violencia rindan cuentas ante la justicia.
El 18 de diciembre de 2013 la Asamblea General aprobó su primera resolución relativa a la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad en la que se condenaba todo tipo de ataques contra los trabajadores de los medios de comunicación. La fecha del 2 de noviembre, se eligió en conmemoración del asesinato de dos periodistas franceses en Malí en 2013. La resolución se centra en el reconocimiento de las consecuencias que tiene la impunidad, especialmente, la de los crímenes contra los periodistas.
Esta histórica resolución insta a los Estados Miembros a que tomen medidas concretas para prevenir las agresiones, asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia y garantizar el derecho de las víctimas a las reparaciones. Asimismo, exhorta a los Estados miembros a promover un entorno propicio y seguro en el que los periodistas puedan realizar su labor de manera independiente y sin interferencias.
Escribir y comunicar son tareas complejas que requieren, no solo de talento creativo, sino también de valentía para desafiar y tornar visible lo que no está expuesto a la luz de la verdad. Los campos, periodístico y comunicación social, tienen una riqueza inagotable e innovadora y la expresión, no solo estética, sino de la conciencia crítica sobre la vida cotidiana, y los escenarios políticos y sociales de los sistemas vigentes. Sin embargo, lo más complejo y desafiante, es ser coherentes con la verdad histórica e insobornable que defiende la vida.
Junto a todos los que me apoyan en esta labor de comunicador social, escribo para saludar y abrazar la causa del periodismo comprometido con la verdad y los derechos humanos. Queremos emular a esos profesionales que sacrifican su vida por amor a la verdad, a la libertad y a la justicia. Son Héroes, heroínas y mártires; forjadores de la fuerza moral de la palabra viva en un mundo del silencio donde se arrastra la violencia mortal. “El periodismo es un constructor de la memoria histórica de nuestros pueblos. No se puede vivir sin la verdad, la memoria, la libertad y la historia”, sentenció José Saramago.
Coordinador Nacional del Movimiento político GENTE
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