En la noche del lunes 12 de agosto el nicaragüense Henry Ruiz López fue muerto por agentes de la Fuerza Pública de Costa Rica, en un confuso incidente armado. El hecho ocurrió en un río costarricense, muy cerca de la frontera con Nicaragua, cuando varios nicaragüenses que según las autoridades de ese país transportaban mercadería de contrabando, no atendieron una orden de alto de miembros de la Fuerza Pública y más bien dispararon contra ellos. Al repeler el fuego enemigo, los guardias ticos mataron a Ruiz López; otros cinco nicaragüenses fueron capturados y al menos uno logró escapar.
Ante ese hecho la dictadura de Daniel Ortega presentó rápidamente una nota de protesta al gobierno de Costa Rica y lo acusó ante organismos internacionales de Derechos Humanos de cometer crimen de lesa humanidad. Lo cual es un despropósito del régimen orteguista que se pone así en ridículo internacional.
Costa Rica es reconocido en el mundo como uno de los países más respetuosos de los derechos humanos. Por eso fue escogido como asiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. De manera que es absurdo acusarlo de violación de los derechos humanos y peor aún de cometer crímenes de lesa humanidad.
Pero el colmo de la irracionalidad es que quien acusa es un régimen dictatorial que en la represión sangrienta de las protestas pacíficas de los ciudadanos nicaragüenses sí ha cometido horrendos crímenes contra el pueblo y el género humano. Esto lo han documentado y denunciado los mismos organismos de derechos humanos de la OEA y la ONU.
Daniel Ortega es un hombre de guerra y así concibe la política, nacional e internacional. Debe saber, por tanto, que el estratega militar y filósofo chino de la antigüedad, Sun Tzu, escribió en su libro El arte de la guerra que la mejor defensa es el ataque. Entonces Ortega ataca al gobierno democrático de Costa Rica porque ha condenado las terribles violaciones a los derechos humanos cometidas en Nicaragua.
Pero el ataque de Ortega a Costa Rica es ridículo. Cuando Sun Tzu recomendó que la mejor defensa es el ataque pensaba en acciones racionales y convincentes, no en disparates y palos de ciego como los que da el régimen orteguista en la crisis de la que no puede salir.
El canciller de Costa Rica, Manuel Ventura, quien fuera juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y es uno de los expertos que documentaron los crímenes de lesa humanidad que ha cometido la dictadura chavista de Venezuela, para acusarla en el tribunal internacional, ha dicho que en Costa Rica “no existe esa impunidad en la que pueden matar a la gente e irse tranquilos para la casa”. Como ocurre en Nicaragua, debemos agregar nosotros.
Los policías de Costa Rica que mataron al nicaragüense Henri Ruiz están siendo investigados, asegura el canciller tico, serán juzgados y si son culpables recibirán el castigo que merezcan. Esto es algo que no puede ocurrir en Nicaragua con los policías y parapolicías de la dictadura que han matado a más de 320 personas desarmadas. Aquí no se investiga nada, se impone una odiosa impunidad.