Christopheros Andreas vive en Truro, Cornwall, con su esposa Pia y sus hijos Theo de seis años, y Lázaro de uno, es embajador de Face Forward, fue atacado brutalmente y ahora una organización benéfica que ayuda a las víctimas de delitos violentos, violencia doméstica y abuso sexual.
Por: Mirror
“Tengo cicatrices severas en mi cara, torso y brazos. Estoy en mi tercer par de párpados. Estoy ciego en mi ojo izquierdo. Ya no duermo tanto como solía hacerlo” expresó. Su tragedia sucedió por equivocación, pues un día cualquiera, tras abrir la puerta de su casa, un desconocido le tiró un vaso lleno de ácido sulfúrico.
Las investigaciones policiales, en primer lugar comenzaron con la sospecha de algún móvil, por lo cual confiscaron el hogar y las pertenecías de Andreas. Durante el juicio explico “Mi camiseta se desintegró de arriba abajo. Simplemente se alejó, colgando como un chaleco. Ese fue el momento en que supe que era ácido. El hombre que lo arrojó dijo solo cinco palabras: ‘Esto es para ti, amigo’.
Sin embargo, determinaron que el agresor, que tiene por nombre David Phillips, llevaba a cabo una venganza ya que abusaron sexualmente de su hermana, pero se equivoco de casa, a lo cual fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua.
El proceso más difícil de Andreas ha sido ser aceptado por su hijo menor, pero, el niño al escuchar la voz de su padre, lo reconoció inmediatamente y no paró de abrazarlo.
Traducción libre de lapatilla.com