Los trabajadores venezolanos sufrieron paulatinamente una caída del poder adquisitivo de su salario durante la mala gestión de Hugo Chávez, pero los números se pusieron más rojos que nunca en los últimos años con el régimen de Nicolás Maduro, que hundió los ingresos laborales en un océano de incertidumbre.
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El diputado de la Asamblea Nacional, Elias Matta, ofreció cifras que muestran el fracaso del “modelo económico” implementado por el chavismo, producto de su ineficiencia y, no es ilógico sospecharlo, de su premeditado plan para destruir el sector productivo.
Desde la instalación de Chávez en el Palacio de Miraflores en 1999, hasta el último “anuncio” que el propio Maduro se abstuvo de hacer ante la opinión pública en mayo del 2019, el chavismo ha ejecutado 49 aumentos salariales, medidas absolutamente populistas e ineficaces si se toma en cuenta que, durante ese mismo periodo, el sueldo mínimo integral perdió 206 dólares de poder adquisitivo.
El mejor (o quizás peor) ejemplo que eso tiene para la capacidad de compra de los venezolanos se refleja en el valor de la canasta básica alimentaria. El mismo se ubicó durante julio en Bs. 3.247.472,13. Esto quiere decir que una familia necesita 197 dólares, equivalente a 81, 2 salarios, para cubrir su gasto alimenticio mensual. Este es el legado de Chávez, una sentencia lapidaria a pasar hambre.
Como es de esperar, el tentáculo más mortífero de una crisis, que adiciona hampa, diáspora y cero seguridad empresarial, sigue siendo la campante hiperinflación, mientras los venezolanos usan los escasos y devaluados bolívares tan solo para cancelar el costo del pasaje público.
Tras la fallida reconversión monetaria de agosto de 2018, ya en julio del presente año la inflación alcanzaba el alarmante 264.872 %. Verbigracia, un kilo de carne de res asciende para finales de agosto hasta los 50 mil bolívares, muy por encima de lo que la mayoría puede permitirse.
Nicolás Maduro, quien se escuda infantilmente en sus críticas a Donald Trump, ha logrado que los venezolanos se percaten que, antes de la llegada del chavismo, su alimentación era de una calidad incomparable con la actual. Hoy viandas comunes en cualquier país del mundo, como pueden ser la leche, la carne o el café, son “lujos” que solo se adquieren tras un esfuerzo titánico.
En fin, las cifras reflejadas por Elías Matta hacen una radiografía detallada de la debacle chavista, el episodio más oscuro de la historia contemporánea de Venezuela que ni siquiera el Banco Central de Venezuela, a cargo de Calixto Ortega, ha podido desmentir tras años de conveniente silencio.