Hace unos días el capitán Juan Carlos Nieto Quintero salió de prisión, luego de más de cinco años de haber sido señalado como parte del Golpe Azul u Operación Jericó. Su primera entrevista es para Infobae. Cuenta la increíble situación que se vive en la cárcel de la Policía Militar de Fuerte Tiuna en Caracas donde está recluido el comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) alias Garganta, quien le brinda el desayuno y el almuerzo a sus custodios militares del Ejército, que van a su celda a oír vallenatos y a tomar café. Así lo reseña infobae.com
Por Sebastiana Barráez
A Juan Carlos Nieto Quintero lo secuestran el 2 de abril del 2014, en el centro comercial “Plaza Las Américas”, cuando se encontraba con su esposa embarazada de dos meses y su hija de tres años. Los funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) se hicieron pasar por secuestradores, cubriendo sus rostros y solicitando un rescate en dólares.
Al capitán ya retirado de la Guardia Nacional se lo llevaron para torturarlo, mientras le preguntaban por el también capitán (GNB) Caguaripano Scott. A la medianoche lo dejaron, brutalmente torturado, en una solitaria avenida de Caracas y a unos metros de donde estaba una unidad de la Guardia del Pueblo. Horas después, estando en el hospitalito del Fuerte Tiuna, llegó una comisión de la Dgcim, esta vez sin capucha y con una orden de detención en su contra. Ahí empezó el largo camino de la violación al debido proceso. Juan Carlos fue juzgado y sentenciado sin prueba alguna.
A diferencia de los detenidos de la DGCIM o del SEBIN, los que están en Policía Militar tienen condiciones distintas; a Nieto le permitían leer, aprender inglés. “Eso evitaba que estuviera pensando en cuando iba a salir porque bastantes promesas nos hizo el Gobierno, jugando a que en estas negociaciones si iban a salir”.
Hablamos de muchos temas en esta entrevista, pero a raíz de lo que está viviendo Colombia, insistió en resaltar lo que ha ocurrido con Luis Felipe Ortega Bernal alias Garganta, comandante del ELN, quien fue capturado en Puerto Ayacucho del estado Amazonas, el 5 de noviembre 2018, con varias cédulas venezolanas y el carnet de la patria. El ministro de la Defensa, G/J Vladimir Padrino López identificó en ese momento ante el país al jefe guerrillero a quien se refirió como un criminal, manifestando que a causa de esa detención el grupo guerrillero asesinó a los tres sargentos de la Guardia Nacional Alfredo Antonio Zolano Guevara, Robert José Artahona Diaz Apure y José Jean Pierre Martínez Bolívar.
Cuando le pregunto a Nieto Quintero qué le comentan los militares del centro de reclusión donde estuvo cinco años detenido, responde que ellos están conscientes de la situación de lo que está ocurriendo en el país, están viviendo las penurias que viven todos los venezolanos. Sin embargo algo que ha logrado este régimen es sembrar el miedo dentro de los militares, con sus excepciones, pero hay oficiales que responden directamente a su superior, como ocurre con el jefe de reclusión capitán Arturo Rosario, es un hombre de confianza del general, que responde a intereses políticos.
¿Cuál es la posición de ese capitán?
Tiene posiciones políticas radicales.
¿Cómo cuáles?
En el centro en este momento se encuentra un miembro de grupos irregulares de Colombia, el jefe guerrillero que dirigió la operación donde murieron 3 guardias nacionales y 10 fueron heridos en Puerto Ayacucho, es el comandante del ELN Luis Felipe Ortega, alias Garganta, quien está en la Policía Militar de Fuerte Tiuna, a donde lo trasladaron desde la cárcel militar de Ramo Verde. Imagino que el alto gobierno tomó la acción de sacarlo de ahí para que los guardias nacionales, que tomaron la custodia, no fueran a arremeter contra él.
¿Qué pasa cuando alias Garganta llega a Policía Militar de Fuerte Tiuna?
El jefe de reclusión capitán Arturo Rosario y su auxiliar el capitán Johan Rojas, van todos los días para el área donde está alias Garganta a desayunar, a almorzar, a tomar café y a escuchar vallenatos, con él.
¿Qué?
Sí, le dan a alias Garganta trato preferencial, supongo que por orden del general que a su vez las recibe del Alto Gobierno, lo que nunca recibió ningún oficial de nuestra Fuerza Armada. Esos dos capitanes del Ejército, se manejan como sus amigos. Esa situación se está viviendo ahí; todos los oficiales del Ejército, de la Policía Militar, que montaban guardia, amigos de un jefe guerrillero del Ejército de Liberación nacional (ELN), responsable del asesinato de tres miembros de la Guardia Nacional. Todos los oficiales que montan guardia se van para allá a compartir con ese individuo, el cual acabo con la vida de miembros de la Fuerza Armada. Denuncio esa situación y estoy dispuesto a ir a donde sea a testificar, porque es indignante que hayan matado a compañeros de la Fuerza Armada e hirieran a un Teniente Coronel con el cual compartí bastante en la Escuela de Formación de Oficiales (Efofac). Por eso hay que denunciar los niveles que hay de amistad entre el Ejército y jefes guerrilleros.
¿Quien visita a alias Garganta?
A él lo visitaba una muchacha, que me imagino, que sería la esposa. Sin embargo a él le llegaban encomiendas de comida casi todos los días, cuando nos estaba prohibido a nosotros los oficiales, porque no se podían recibir encomiendas dentro de la semana. Garganta recibía encomiendas un día por media o el día que él necesitara.
¿Qué tipo de encomiendas?
Bastante comida; y como el hombre es muy hábil, le daba comida a los capitanes y a toda esa gente, por eso es que los militares se van para su celda a compartir con él, porque los tenía comprados. Es un trato demasiado preferencial.
¿Tenía teléfono?
No lo llegué a ver, pero sé que tenía teléfono. Para las facilidades que le daban a él, meter un teléfono era algo muy simple. Esa situación sé que era del conocimiento del General; había instrucciones específicas de dejarle pasar todo porque allá los periodos de adaptación era de 30 días de incomunicación para cualquier oficial y este sujeto de una vez tuvo puerta abierta, salía a caminar por los pasillos, era totalmente preferencial.
¿Él está en las antiguas celdas de Policía Militar o en la nueva que fue reforzada y donde están los generales Raúl Baduel y Miguel Rodríguez Torres?
Alias Garganta está en la antigua, la de de mínima seguridad, que era donde yo estaba. No me extraña que en cualquier momento se les escape ese sujeto.
¿Usted conversaba en algún momento con él?
Hablé con él una sola vez, lo saludé y escuché unos comentarios que él hizo, entre ellos que estaba muy seguro de que pronto iba a salir en libertad, pero no conversé más con él, porque eso iba en contra de mis principios.
¿Había otro guerrillero detenido ahí? Porque a él no lo detuvieron solo.
Meses atrás estuvo un miembro de los paramilitares, cuyo nombre no recuerdo, pero el trato fue totalmente distinto. Al paraco lo dejaron seis meses incomunicado, encerrado en su celda, sin visitas, ni recibir encomiendas. Lo sé, porque yo pasaba todos los días frente a su celda.
¿Qué otra persona vio usted que visitara a alias Garganta?
Vi a un abogado extraño que lo iba a visitar. No parecía abogado así que no sé si realmente lo era, porque iba con cajas de comida y logística para él.
Hablemos del caso del Golpe Azul u Operación Jericó. ¿Cuál era su relación con el general Oswaldo Hernández?
Yo conocí al general cuando estuvimos en el juicio, yo nunca conocí a ninguno ni estuve en esa reunión. Solo conocía al capitán Caguaripano que al parecer estuvo en esa reunión y se fue al exilio en aquel momento.
¿Qué motivo cree usted que hubo para que lo involucraran en esa acción?
Supongo que por mi posición institucional frente a las arbitrariedades que se cometían en el país, que no solo las mantuve siendo oficial activo si no también cuando salí de retiro. Para el 2014 yo estaba expulsado de la Fuerza Armada, supongo, que el seguimiento contra mí se debía a que conmigo se contactaban muchos oficiales, sobre todo de mi promoción, a pedirme consejo y expresarme su desagrado frente a lo que estaba ocurriendo en el país.
¿Qué mensaje le da usted a los oficiales activos de la Fuerza Armada?
Está llegando el momento de tomar decisiones; o siguen apoyando a este régimen o apoyan al pueblo venezolano al cual nos debemos. Les digo que recuerden que todo eso que se están prestando al juego arbitrario y de violación de los derechos humanos, a los cual los incita el alto gobierno, no los van a defender cuando venga el momento de la justicia, que ya está muy próximo, eso lo sé.
¿De tener la oportunidad, qué le diría a Nicolás Maduro?
Le diría que es hora de que renuncie para que nuestro país salga adelante. Le diría es hora de que vuelva la justicia de este país, pero para eso es necesario de que Maduro se aparte y deje que fluya esta transición, porque sino el final podría ser trágico. Lamentablemente usted nos está llevando a nosotros y a la comunidad internacional a un tipo de salida que no queremos para el pueblo venezolano. Y usted sabe presidente, lo que le viene.