El Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores, Julio Borges, designado por el gobierno interino de Juan Guaidó, denunció una estrategia desestabilizadora por parte de grupos criminales internacionales que recibirían el apoyo del régimen de Nicolás Maduro.
En entrevista con la Voz de América, aseguró que el regreso a las armas de antiguos líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es un tema de “enorme preocupación” y que quieren “prender las alarmas sobre lo que hay detrás de la noticia”.
“Se trata de una operación que nació en ese marco que se llama el Foro de San Pablo y que tiene como meta seguir esa triangulación entre Caracas y La Habana buscando desestabilizar toda la democracia en la región”, aseguró.
El diplomático aseguró que el mensaje que le quiere dejar a la comunidad internacional es que ya el caso de Venezuela y el gobierno en disputa de Maduro no se trata solo de una “dictadura” y “estado fallido, si no que “subió un tercer escalón” para a un “Estado que protege el terrorismo”.
“Venezuela se ha convertido en el santuario del mundo entero de lo que significa la destrucción democrática del mundo libre”, aseguró Borges.
Aseguró que hasta que no haya “un cambio político y democrático en Venezuela, toda la región está en riesgo. Calificó al régimen de Nicolás Maduro como “una herida abierta infectada” para el continente.
Este mismo martes, Guaidó anunció que permitirá el uso de tecnología satelital para facilitar la ubicación y detección de grupos irregulares colombianos que estarían en el territorio venezolano.
Además, la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, aprobó un acuerdo en rechazo a la “presencia y expansión de grupos narcoterroristas en el territorio nacional”.
El chavismo criticó que pretenda el gobierno colombiano “desplazar” su responsabilidad en la “violación sistemática de derechos humanos” como parte de un “planificado desmontaje del proceso de paz”.