Nicolás Maduro ha procurado la consolidación de ejércitos de narcoguerrilleros colombianos en Venezuela que agruparían entre 1.600 y 3.000 hombres en armas, todos de las filas del ELN y de las FARC relanzadas por Iván Márquez y que plantean explotar, en conjunto, el oro del Arco Minero.
Los informes de inteligencia de Colombia le dicen al comandante de las fuerzas militares, general Luis Fernando Navarro, que en Venezuela operan, con total amparo del régimen de Nicolás Maduro, 1.000 hombres del ELN y unos 600 integrantes de las FARC luego de que Iván Márquez anunciara su retorno a la guerra contra el Estado colombiano.
Y Navarro asegura además que las operaciones de los guerrilleros han estado blindadas en todo momento por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en varios estados de Venezuela. “Cohabitan bajo la mirada complaciente de Nicolás Maduro”, señaló.
La información es preocupante, pero lo es más si se analizan los datos más recientes de la Fundación Redes de Venezuela, un observatorio de DDHH que se ha encargado de registrar hechos y testimonios sobre las actuaciones del ELN y las FARC en 17 estados del país. Javier Tarazona, catedrático de la Universidad Experimental Pedagógica del Táchira (UPEL), lo dirige y afirma que son 3.000 combatientes los que sacuden poblados enteros en las regiones fronterizas de Zulia, Táchira, Apure, Amazonas y Bolívar con extorsiones, asesinatos de líderes sindicales, amedrentamiento, imposiciones de horarios para la libre circulación de las personas y hasta el horario de clases de los niños.
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