La vida ha perdido su valor, las barriadas populares están en manos de grupos delincuenciales, las prisiones dejaron de ser centros de castigo y reclusión para delincuentes para transformarse en pequeños reinos gobernados por reyezuelos llamados “pranes”.
La salud es otro lujo, enfermarse en el país es una cuestión para “enchufados”, ya que los hospitales se encuentran en el suelo, sin equipos y sin insumos. Además, el costo de las clínicas es impagable y su dotación cada vez empeora más.
La compra de medicamentos es una doble odisea, porque primero debes encontrar las medicinas y si logras hallarlas debes hacer piruetas para conseguir el dinero conque comprarlas. Una locura por completo.
No obstante, el tema que nos llama a la reflexión en esta oportunidad es la destrucción del sistema educativo en Venezuela.
Se acerca el nuevo período de clases y la inmensa mayoría de los padres se ponen las manos en la cabeza debido a que no pueden costear la compra de los útiles escolares. Aunque tengan sus hijos en colegios o liceos públicos, no pueden comprar ni siquiera un cuaderno para anotar los datos que impartan los docentes que aún permanecen en el país.
Es probable que la deserción escolar, que ha venido en ascenso en los últimos años, se dispare aún más. El año pasado se registró una merma de alumnos en los centros de educativos porque los padres no tenían qué darles de comer a sus hijos, y cuando en los centros de enseñanza se eliminó el programa de almentacion escolar, aquellos no dejaron que sus niños retornarán a las aulas con los estómagos vacíos.
Y durante todo el año escolar pasado se registraron casos y más casos de pequeños desmayándose en los salones de clases por falta de alimentación; y ahora la cosa empeora, porque además de la carencia de alimentos no tendrán lápices, cuadernos ni libros con qué estudiar.
¿Para qué enviarlo? Será la pregunta que más de un representante se haga, e incluso preferirán que los muchachos se pongan a trabajar en cualquier cosa antes que estudiar, lo que seguirán acrecentado la catástrofe social que vivimos en Venezuela. Para colmo de males, el 50 por ciento de los docentes venezolanos, se han visto obligados a emigrar para no morirse hambre debido a los miserables salarios que devengan. Total que Venezuela se queda sin estudiantes y sin docentes.
A la usurpación no le bastó con todo el daño que ha hecho al país, sino que afianza su política de aniquilamiento de la nación al imposibilitar que las nuevas generaciones de venezolanos se formen, se capaciten y crezcan como individuos integrales.
Los socialistas, que son los padres de la hipocresía, que hablan tanto de igualdad, de educación gratuita y masiva, hoy le niegan, por la vía de los hechos, la educación a millones de jóvenes venezolanos que no podrán estudiar por falta de útiles escolares, los cuales están incomprables para sus padres trabajadores y por la falta de profesores. Por esto es que el socialismo es la mayor farsa de todo los tiempos. Aniquilan todo.