Iñaki Urdangarin, esposo de una de las hermanas del rey Felipe VI y en prisión por un caso de corrupción, podrá salir de la cárcel dos días a la semana para llevar a cabo una labor de voluntariado, según le permitió el juzgado de vigilancia penitenciaria que le corresponde.
La medida cuenta con la oposición del fiscal, informó hoy el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
Iñaki Urdangarin, admirado años antes por ser un joven deportista de élite que entró en la Familia Real española, está en una pequeña prisión de la provincia de Ávila, próxima a Madrid, desde el 18 de junio del 2018, condenado a cinco años y diez meses de cárcel por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias en un caso de corrupción, conocido como caso Nóos.
Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, fue condenado por el desvío de más de seis millones de euros de dinero público entre 2003 y 2006 al Instituto Nóos, una institución sin ánimo de lucro que él mismo presidía.
El juzgado de Vigilancia Penitenciaria que vio su caso estimó el recurso presentado por Urdangarin para poder realizar salidas con el fin de llevar a cabo un programa de atención especializada fuera de la cárcel, al amparo del Reglamento Penitenciario y le permitió salidas de ocho horas dos días a la semana.
Según informó hoy el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, región donde está la cárcel, y el auto del Juzgado que facilitó, la decisión del juez de vigilancia penitenciaria recoge que la elección del régimen de vida, la forma de cumplir la pena de prisión, no está sujeto a la voluntad de los internos, viene regulada en la Legislación penitenciaria y es impuesta imperativamente por la Administración, de forma que su incumplimiento es objeto de sanción.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias explicaron a Efe que esta decisión no es anómala ni infrecuente; de hecho, el pasado año los jueces concedieron estas salidas a 496 penados en segundo grado, la misma calificación penitenciaria que tiene Urdangarin, y este año a 263.
Estos presos abandonan su celda como máximo ocho horas cada día para trabajar o colaborar con una institución o una ONG después de que un juzgado haya autorizado su salida al ser internos con baja peligrosidad y sin riesgo de fuga. EFE