Aunque lamentable, la historia bélica indica que no es totalmente cierto eso que es preferible un mal acuerdo que un buen pleito. Este refrán solo funciona para solventar diferencias en tribunales de contratos, querellas de socios, divorcios y justicia municipal entre vecinos.
El Vagón del armisticio CIWL #2419 donde se firmó el “Tratado de Versalles” el 28-06-1919, para poner fin a la primera guerra mundial fue apenas el comienzo de una catástrofe global, incluyendo otra guerra que desató un infierno para la humanidad. Desde esa firma hasta la rendición del Japón el 02-09-1945 en el USS Missouri, hubo mas de 50 millones de muertos sin contar heridos y desaparecidos, dos bombas atómicas e incontables horrores de guerra. Al parecer el fin era la aniquilación de la humanidad y estuvimos a punto con las amenazas nucleares de la posterior guerra fría. La causa, un mal acuerdo que generó resentimiento extremo a una de las partes.
Odio a la civilización
El control del nuevo orden mundial planteado por los nazis era de exclusividad para la raza aria, nadie mas, cuando la verdad es que solo fue para algo mas de 70 oficiales. Ningún Mayor de la Luftwaffe vivió la “grandeza” del Tercer Reich, solo la muerte en el aire. Todo por culpa, según ellos de un mal arreglo entre países que despojaron a Alemania de territorios históricamente “propios” y que provocaron la gran excusa, un fatal nacionalismo de consecuencias devastadoras, que mutó en resentimiento al estilo de vida occidental democrático y minó al todo el mundo excepto a sus aliados por supuesto, como resulta ser siempre la cadena de odio.
Para pagar la afrenta bélica de la primera guerra a los alemanes se le “obligo” a aceptar la responsabilidad moral y material causada en el conflicto por ellos pagando con territorios, unos 70 mil Km2 conquistados en el continente europeo y la entrega total de sus colonias, mas de 1 millon de Km2 y ademas pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los vencedores. El cumplimiento parcial de esa ultima condición generó en la republica de weimar dos años después la mayor hiperinflacion del mundo, dejando al país en una hambruna sin precedentes conocida para el momento, pero ese es otro tema.
La revolución confesa
Occidente tiene sus formas de solucionar este tipo de conflicto que tenemos exitosamente y el método de Harvard es uno de ellos, comprobado en la guerra de la ex Yugoslavia y miren como evolucionaron esos pueblos antes genocidas, pero la revolución que también odia a occidente, menos a su aliados, juega con los métodos de paz para ganar tiempo en el poder.
El desespero es total, la símil situación es inaguantable para todo los venezolanos, ahora tenemos una coalición de países de igual tamaño a favor de la democracia como la de Versalles; generaron una situación de post guerra sin hacerla de forma convencional por la aplicación de un modelo fracasado, pagamos con éxodo, enfermedades, hambre e hiperinflacion nunca vistos en el país. La firma de cualquier acuerdo no sostenible en el tiempo puede tener catastróficas consecuencias. Peligrosa situación a la que nos arrastraron no mas de 50 civiles gracias al sostén que le confiere a la sociedad de cómplices rojos una fuerza militar parcializada por intereses económicos pero no por ideología y allí radica el filon de la revolución. Es un claque terco que infringe dolor al pueblo llano sin remordimiento y que no permite salir al país del foso con complices soleados verde oliva.
Introdujeron a Venezuela en la geopolítica del cual ahora se quejan. Es indefectible la perdida de soberanía, por ejemplo ellos abandonaron el esequibo sin rubor alguno y no hayan a quien echarle el muerto pero en eso también están desnudos, hay que actuar con cautela y tener cuidado con los acuerdos parciales, aunque hay que celebrar la libertad de presos políticos es necesario entender que los sociopatas nunca cumplen completamente los acuerdos como tampoco lo hicieron los alemanes ni los vietnamitas.
@mcarrillodeleon