Cuando comienza el curso escolar, es frecuente que los padres de niños diagnosticados con asma bronquial se pregunten si sus hijos deben o no realizar actividades deportivas como el ‘running’. El temor a que un esfuerzo excesivo lleve a los niños a padecer una crisis que no puedan gestionar adecuadamente lleva, en muchos casos, a recomendar a estos pequeños que no hagan ninguna clase de actividad.
Por El Confidencial
Consejos básicos para la práctica deportiva
Un buen calentamiento previene la aparición del asma durante los entrenamientos.
En lo posible, se debe evitar entrenar en ambientes fríos porque favorece la inflamación de los bronquios.
Cuando el niño salga a correr o vaya a realizar cualquier actividad física, debe llevar su medicación de rescate y saber utilizarla de forma adecuada.
Cualquier niño con asma que haya decidido empezar a correr de forma habitual ha de comenzar la práctica de forma paulatina. Es recomendable iniciar los entrenamientos con intensidades bajas aumentando paulatinamente el esfuerzo.
El ejercicio físico le permite un adecuado desarrollo físico, incrementa su resistencia cardiorrespiratoria, su fuerza y resistencia muscular y su coordinación, sin olvidar otros aspectos psicológicos positivos, como el espíritu de esfuerzo y la superación.