El 8 de septiembre el doctor Peter Magombeyi se dijo “amenazado de muerte”. El 14 envió el siguiente mensaje: “He sido secuestrado por tres hombres”. El 19 fue encontrado con vida, pero totalmente conmocionado. En 2019 medio centenar de detractores del gobierno han sido secuestrados en Zimbabue, víctimas, según Amnistía Internacional, de “una represión sistemática”.
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Cientos de médicos han salido a la calle esta semana en Zimbabue para exigir la “liberación” del doctor Magombeyi, presidente del sindicato de médicos hospitalarios (ZHDA). “Sin Peter nadie trabaja”, afirman acusando a la seguridad del estado de haberlo secuestrado.
La presión dio sus frutos y el joven, de 26 años, reapareció el jueves por la noche, “desorientado” pero vivo, a unos 30 kilómetros de su casa, según el ZDHA.
Se están realizando reconocimientos médicos para determinar si fue torturado, al igual que otros disidentes recientemente secuestrados y posteriormente liberados.
El régimen de Emmerson Mnangagwa, en el poder desde 2017, “utiliza las mismas tácticas brutales” que su predecesor Robert Mugabe, fallecido el 6 de septiembre, para sofocar a la oposición, afirma Amnistía Internacional.
A principios de septiembre, Magombeyi empezó una huelga por la revalorización de los salarios de la profesión. En un año, el valor de los sueldos se dividió por 15 debido a la vertiginosa crisis económica que sacude al país.
Peter Magombeyi sabía que estaba amenazado. “Vivo en las trincheras”, dijo a la AFP el 8 de septiembre. “Ya no duermo en casa, sólo vengo a buscar ropa.” Es precisamente en su casa, en Harare, donde desapareció menos de una semana después.
Su caso no es “aislado”, subraya Dewa Mavhinga, director de Human Rights Watch (HRW) para África meridional. “En los últimos meses se ha producido un aumento inquietante del número de secuestros y torturas de personas que critican al gobierno” de Mnangagwa, que sustituyó a Mugabe a finales de 2017.
“Hasta la fecha, nadie ha sido detenido”, señala. En agosto, la humorista Samantha Kureya, muy crítica del gobierno en sus espectáculos, fue secuestrada en su casa y obligada a beber aguas residuales. La encontraron unas horas después, muy desconcertada.
El modus operandi sigue siendo el mismo, explica el AFP Doug Coltart, abogado de derechos humanos de Zimbabue.
– Golpes con un látigo –
Personas enmascaradas y armadas irrumpen en casas de disidentes, los secuestran y los torturan hasta el punto de romperles las piernas y los brazos. La mayoría de las veces la historia termina bien a veces no se los vuelve a ver con vida.
Ese fue el caso de Blessing Toronga, activista del partido de oposición Movimiento para el Cambio Democrático (MDC). Su cadáver fue hallado en una morgue tres meses después de su desaparición durante los disturbios de enero por el aumento de los precios del combustible.
La actuación de las fuerzas de seguridad provocó al menos 17 muertos. “La desaparición del doctor Magombeyi durante cinco días provocó una movilización muy fuerte y suscitó una gran inquietud” señala Doug Coltart, su abogado.
El pasado 5 de junio, a medianoche, un grupo de hombres armados entró a la fuerza en el domicilio en Harare de Obert Masaraure, jefe del sindicato de Maestros Rurales.
“Me llevaron a la selva, a un rincón aislado, en la carretera de Chitungwiza [a unos 20 kilómetros al sur de la capital]. Me desnudaron, me golpearon con Sjambok [un látigo] y me hicieron revolcarme en el barro”, explica a la AFP.
– ‘Propaganda’ -En enero, el sindicalista había sufrido la misma suerte, abandonado por sus captores en una comisaría de policía, donde se le notificó rápidamente su inculpación por “subversión”. Este episodio “demuestra la implicación del estado en los secuestros”, estima Doug Coltart.
Sin embargo, el estado niega estar detrás de estos secuestros. Se trata de una “maniobra de propaganda típica de la oposición”, afirmó esta semana el portavoz de la presidencia, George Charamba.
“Esperamos que el doctor Peter Magombeyi ya este sobrio y encuentre el camino a casa”, tuiteó el jueves el viceministro de Información, Energy Mutodi. Unas horas más tarde, el joven fue encontrado. “En el nuevo gobierno no hay lugar para los disidentes”, afirma Amnistía Internacional, que denuncia la “caza de brujas contra quien se atreve a desafiar al régimen”.
Emmerson Mnangagwa está acusado de haber organizado las matanzas de Gukurahundi a principios de los años 1980, cuando era ministro de Seguridad durante Mugabe. En la región de Matabeleland (suroeste) resultaron muertos unos 20.000 civiles, considerados disidentes.
Con información de AFP