“Que se diría de unos hombres que viendo asaltar su casa por los ladrones, se pusiera a disputar con sutilezas los derechos que cada uno tenía para vivir en esta sala o en la otra”. Antonio Nariño
Comienzo cantando al estilo de Rudy Márquez, con unos de sus más conocidas interpretaciones, “Ella no volvió”, diciendo: Oyendo esa música vieja recuerdo el pasado (https://www.youtube.com/watch?v=Cpih7mTv5Mw), para evocar una frase memorable que don Luis Miquilena lanzó en mayo del 2000, “¿Con qué se come eso?” Para referirse al reclamo de la sociedad civil, para intentar suspender las elecciones del 28 de mayo del 2000, y quedó marcado Miquilena con esa frase, la cual traigo a colación motivado a la percepción existente en el pueblo venezolano de que con la activación del Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) vienen fuerzas extranjera a poner orden en el país.
Por Robert Alvarado
La “Convocatoria del Órgano de Consulta del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca”, con 12 votos a favor, 5 abstenciones y 1 ausente, en el Consejo Permanente de la OEA, produjo un nerviosismo que se reflejó en los cuarteles militares, sobre todo en Vladimir y sus frases altisonantes diciendo que nosotros nos negamos a ese tratado, que es absurdo, que no sirve. Hasta bonito se escuchó cuando dijo con cara de yo no fui: “Es un instrumento para la guerra, no para la paz. El mundo entero debe estar claro que si Venezuela es agredida tendrá un impacto mundial, evalúen bien”.
Por su lado, Gustavo Tarre Briceño, embajador del gobierno interino de Juan Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA), en una entrevista para el medio de comunicación colombiano Blu Radio, no titubeo al asegurar: “Estoy completamente seguro que no hay un solo soldado venezolano que esté dispuesto a morir con Nicolás Maduro” (https://www.youtube.com/watch?v=KA6UcySQA1Q), no le falta razón a Tarre Briceño, porque la deserción militar y el descontento, por no decir conspiración, en los cuarteles es muy grande producto de la crisis económica que se vive en el país.
Según algunos analistas del tema, el TIAR no es necesariamente intervención militar (https://www.youtube.com/watch?v=98m47nMmRVs), pero da el marco legal para un buen abanico de acciones, que va desde el cierre de fronteras y restricciones a la actividad comercial hasta la salida militar. Las decisiones se toman por consenso, pero también da flexibilidad a los países involucrados para tomar iniciativas que pudiesen ser interpretadas como belicistas o guerreristas atendiendo a las vacilantes palabras de Vladimir Padrino, a fin de cuentas el TIAR les da el marco legal a esos países para ejecutar esas iniciativas frente a la comunidad internacional. Leyeron bien, marco legal, para iniciativas que pudiesen conducir a una salida militar que desde ya tiene al borde de un ataque de nervios a muchos de esos bravucones del régimen.
Un forista, que debe ser conocedor de la materia, más acertado no pudo ser: “pueden tardar semanas en llegar a consenso en el órgano consultor, pero Colombia, Brasil y EEUU pueden ir adelantando la tarea cerrando fronteras, suspendiendo vuelos, cerrando espacio aéreo y colocando unidades navales, todo eso antes de que se formalice el bloqueo. Además de eso pueden tomar otras iniciativas individuales siempre y cuando ayuden a finiquitar la crisis, como por ejemplo EEUU desplegar su poderío militar”.
Coger ese trompo en la uña no es nada fácil, aunque Elliott Abrams, representante especial para Venezuela en el Departamento de Estado de Estados Unidos, haya dicho que la “Activación del TIAR no significa acción militar en Venezuela”, a lo cual habría que agregar, es cierto, no significa acción militar, pero de ser necesaria desembocaría en una acción militar que la mayoría de los venezolanos aprobaría a pesar del coco con el que siempre nos asustan, magnificando las consecuencias mortales que se derivarían de una acción de esa naturaleza, que en todo caso no superarían los miles de muertes a manos del FAES y otros organismos de seguridad al servicio del régimen.
Para los aguafiestas el TIAR es una trampa casa bobos que impide toda ayuda militar externa, planteamiento que buscan apuntalara con aparentes contradicciones, para ellos en caso de agresión militar extranjera todos los países del continente americano firmantes del TIAR defenderán militarmente a Venezuela, o sea que defenderán al régimen de Nicolás Maduro. Ellos insisten en los estipulado en el artículo 3.1 del TIAR, el cual establece que un ataque armado por cualquier Estado contra un País Americano, será considerado como un ataque contra todos los Países Americanos, y en consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Obvio, la idea es crear confusión para neutralizar iniciativas que debiliten o erradiquen la plaga chavista-madurista.
El TIAR alzo vuelo, los cancilleres del continente americano desde la OEA en Washington se fueron para Nueva York, buscaran una mayor aprobación en el marco de las sesiones de la Asamblea General de la ONU, donde trataran la activación del TIAR como resultado de la crisis económica que vive Venezuela con el colapso económico y deterioro que se empezó a advertir en los principales indicadores macroeconómicos venezolanos desde 2012, y cuyas consecuencias se han extendido en el tiempo, no sólo en el plano económico sino también en el político y social, generando la grave crisis humanitaria del país, pero muchos preguntarán ¿Con qué se come eso? ¿Con lo del TIAR se hará realidad la libertad de Venezuela?
Cualquier información o sugerencia por [email protected] [email protected] [email protected] o bien por mí teléfono 0414-071-6704 y además pueden leer esta columna en mí página Web: www.robertveraz.galeon.com Ahora mi columna se traduce en Inglés http://robertveraz.galeon.com/aficiones2595740.html y sigan mis comentarios y opiniones por @robertveraz en twitter e Instagram. Pueden ver mis videos en YouTube: Tips de @robertveraz. ¡Hasta la próxima semana, Dios bendiga a Venezuela!