Saber si Simón Bolívar comió mango es una simple curiosidad en comparación con el valor histórico de este artículo. De todas formas trataremos de responder la pregunta en pocas líneas.
Por Nalgas y Libros
Cuando Gabriel García Márquez investigaba para escribir la novela «El general en su laberinto», consultó a varios historiadores venezolanos para no excederse en imaginaciones y apegarse a la realidad de la época de Bolívar.
El escritor colombiano había escrito que el Libertador había comido mangos en Angostura cuando vivíó allí junto a su amada Josefina Machado entre 1917 y 1819.
Sin embargo, el historiador Vinicio Romero le dijo que borrara eso porque el mango llegó a Venezuela mucho después de la Batalla de Carabobo. De hecho hay quienes datan la llegada de esta fruta de la India al país en 1880.
La verdad sobre la llegada del mango a venezuela
Tan pronto como se divulgó esa anécdota, el investigador Pablo Ojer, aclaró en un artículo en «El Diario de Caracas», que Vinicio Romero había dado información errónea a Gabriel García Márquez, pues tenía pruebas de que el mango había llegado a Venezuela en 1789.
El artículo de Pablo Ojer se tituló «Sancinenea, introductor del mango en Guayana». En él cuenta cómo el navegante español Fermín de Sancinenea trajo esa fruta a Venezuela tras comprarle semillas a comerciantes de Cayena que estaban en permanente contacto con la India.
En una carta enviada al ministro Antonio Valdés, con fecha del 29 de abril de 1789, Sancinenea explica cómo no solo trajo las semillas para regalarlas a los mantuanos, sino que además les explicó cómo debían sembrarlas y en qué período del año si querían que dieran frutos.
Cuenta que las semillas venían de la isla india de Ceilán y que los mismos hindúes de Cayena le explicaron cómo sembrarlas, por lo que se propagó inmediatamente por toda Guayana y poco tiempo después por el país entero. En resumen, podría decirse al menos que tal vez Bolívar sí probó mango, si es que alguna vez le provocó.