Ya se ha vuelto una costumbre. De nuevo la razón estuvo del lado de los integrantes de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio, Soy Venezuela y, especialmente, de la líder política María Corina Machado, quienes de manera tenaz insistieron en que la Asamblea Nacional aprobara el reingreso de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar) y se solicitara ante la OEA su pronta activación. Con 16 votos a favor, una abstención y un solo voto en contra, ayer se tomó la histórica decisión de activar el referido tratado, sin descartar ninguna de las opciones que se prevén, incluyendo el uso de la fuerza, para restituir la paz, la libertad y la democracia en Venezuela. La coherencia, la firmeza y la valentía que los ha caracterizados salió nuevamente victoriosa.
Por eso, a pesar que aún existen sectores políticos que traten de ocultar o de ignorar, el impacto de la lucha que ha llevado adelante María Corina Machado y sus aliados se empieza a sentir en todos los rincones de Venezuela. Y es que, los venezolanos gracias a su consciencia clara y su interpretación del momento histórico que nos está tocando vivir, valoran, sobre todo, el liderazgo y la fuerza sobre todo de esta guerrera mujer.
Los venezolanos no olvidan que fue ella quien se enfrentó cara a cara con el extinto expresidente; fue ella quien no tuvo a menos para decirle a aquel señor, en plena Asamblea Nacional, que “expropiar es robar” y para recriminarle todas las felonías que hizo en el ejercicio del poder.
Los venezolanos no olvidan que fue ella quien sin tapujo de ninguna índole, y sin vestigios de temor alguno, le digo al país que el régimen era una narcodictadura.
Mientras muchos seguían cuidando las apariencias, ella se enfrentó por la calle del medio a aquellos que son los únicos responsables de la gravísima situación que estamos padeciendo los venezolanos en la actualidad.
La ciudadanía valora la gallarda posición, la firmeza, el coraje, y la entrega que María Corina Machado ha demostrado día con día; estima el hecho que ella siempre les ha hablado claro, que ella no miente, que ella no se escuda en diplomacias y mediastintas, sino que siempre es directa y da la cara cuando tiene que darla.
Por tales motivos, más de una encuesta de opinión pública la coloca como una de los líderes más importantes de los factores democráticos del país.
María Corina Machado está bien valorada y apreciada por millones de venezolanos, y esto no sólo lo decimos por los resultados de los estudios de opinión, sino por lo que vemos en las calles, por lo que sentimos cada vez que María recorre una ciudad, un municipio o un estado.
Lo sentimos y los vemos en el oriente venezolano, en la región central y el occidente del país. Ella acaba de terminar una gira por los andes con un resultado inmejorable, miles de andinos salieron a las calles a acompañarla, a seguirla, a demostrarle con júbilo, con felicidad y con compromiso su apoyo y su deseo de libertad.
Sin duda, María Corina sube como la espuma, ella simboliza ese anhelo venezolano de una nación libre, de desarrollo, de progreso, de trabajo y de derechos para todos los venezolanos. Ella encarna esa nación nueva que debe surgir y crecer para el beneficio de los 30 millones de ciudadanos que siguen en el país o que forman parte de la diáspora.
Y muchos dirán, al leer este artículo, que no es tiempo para campañas electorales y/o de protagonismos. Con lo cual, tienen toda la razón, y les reafirmo que este artículo sólo busca reconocer la labor de una mujer que ha sido la primera en luchar por el cambio en Venezuela sin ánimos personales, sin mezquindades y sin atisbos de intereses particulares. Ella lucha por la libertad.