Las largas filas de conductores en las estaciones de servicio en Cuba y las horas de espera para el transporte público son signos del impacto de las sanciones impuestas por Estados Unidos este año en la isla caribeña y su principal aliado, el productor de petróleo Venezuela.
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El presidente Miguel Díaz-Canel advirtió este mes a los cubanos de los tiempos difíciles que se avecinan debido a las limitadas importaciones de combustible. Exhortó a los ciudadanos a mostrar solidaridad y hacer todo lo posible para mejorar la eficiencia energética.
Cuba ha dependido durante décadas de las compras de crudo de los aliados para alimentar sus refinerías. También importa combustible para ayudar a satisfacer el consumo de alrededor de 145.000 barriles por día en plantas de energía, complejos industriales, estaciones de servicio, aeropuertos y hogares.
La escasez de combustible ha empeorado gradualmente desde que el principal aliado de Cuba, Venezuela, comenzó a reducir los envíos de petróleo desde 2016 después de que su propia producción disminuyó y su economía se hundió en una profunda recesión, reseña Reuters.
Cuba produce poco petróleo
Un pacto bilateral firmado en 2000 permite a Cuba pagar las importaciones de petróleo venezolano al ofrecer servicios al país sudamericano, desde médicos hasta asesores.
Hasta 2015, Venezuela había suministrado a Cuba cerca de 90.000 bpd de crudo y combustible. Pero una primera ronda de sanciones de Estados Unidos contra Venezuela en 2017 limitó el acceso de PDVSA a la financiación, agravando su disminución de la producción y reduciendo la inversión en la industria.
A partir de 2017, Cuba produjo solo 51.000 bpd de crudo, según los datos más recientes disponibles de la Oficina Nacional de Estadística e Información del país.
Los analistas dicen que es difícil para Cuba cubrir el déficit con su consumo de combustible mediante la importación a precios de mercado, dado que no tiene dinero en efectivo.
Ante la escasez de combustible, el país ha implementado una serie de medidas de austeridad en los últimos años, como reducir el alumbrado público y el uso de aire acondicionado en las instituciones estatales.
¿Por qué la situación empeoró recientemente?
La administración Trump impuso sanciones en enero prohibiendo a las empresas estadounidenses o filiales estadounidenses de empresas extranjeras vender combustible a la petrolera estatal venezolana PDVSA tanto para consumo interno como para reexportaciones. Las medidas también prohíben cualquier intercambio de dólares con PDVSA o sus unidades.
Washington en julio también sancionó a operadores de buques específicos que cubren la ruta Venezuela-Cuba y la entidad que recibe petróleo venezolano, Cubametales administrados por el estado. Desde entonces, las naciones han luchado por encontrar buques cisterna para transportar el petróleo.
Cuba importa no solo crudo de Venezuela sino también gasolina, diesel, fuel oil, lubricantes y gas para cocinar, según datos internos de PDVSA.
¿Aún con las sanciones, PDVSA sigue suministrando a Cuba?
Si. Pero los volúmenes han disminuido. Venezuela ha enviado al año unos 55.300 bpd de crudo y combustible a Cuba, por debajo del promedio de la última década, según datos internos de PDVSA y datos de Refinitiv Eikon.
En 2018, PDVSA suministró a Cubametales unos 89.000 bpd de crudo y productos, según los datos internos de PDVSA.
PDVSA a su vez ha tenido que importar cada vez más combustible refinado para su propio mercado interno, según datos de la compañía.
¿Cómo transporta PDVSA el petróleo y los productos a Cuba?
PDVSA está utilizando una gran parte de su propia flota para transportar crudo y combustible venezolano a Cuba, incluidos los petroleros Manuela Sáenz, Icaro, Terepaima y Yare.
Los buques propiedad de una empresa conjunta de transporte Venezuela-Cuba, Transalba, también están cubriendo la ruta, pero la cantidad de operadores de buques y tripulación marítima dispuestos a tocar puertos venezolanos o cubanos ha disminuido en los últimos meses debido a las sanciones, según los cargadores.
¿Está Cuba importando de otros países?
Sí, pero la isla aún depende abrumadoramente de los suministros de petróleo de Venezuela.
Desde julio hasta mediados de septiembre, Cuba importó 50.000-100.000 bpd, principalmente de PDVSA. Los buques cargados con importaciones procedentes de puertos rusos, terminales del Caribe y centros petroleros como Rotterdam también llegaron a los puertos cubanos en las últimas semanas, según los datos de Refinitiv.
Reuters no pudo identificar a todas las compañías que alquilan barcos a la isla.
¿Habrá una recuperación inmediata?
El presidente de Cuba dijo que la situación debería normalizarse en octubre, ya que los envíos ya han sido garantizados para ese mes.
Los analistas no tienen tanta confianza. Cuba no tiene una gran cantidad de proveedores de petróleo desde que el gobierno de los Estados Unidos impuso un embargo a la isla hace casi 60 años y los crecientes problemas para encontrar embarcaciones están creando nuevos obstáculos para las importaciones.
El país también está limitado por dinero en efectivo.
Además de Venezuela, Argelia históricamente ha suministrado hasta 5.000 bpd como trueque, principalmente para servicios de oftalmología recibidos de Cuba, dijo Jorge Pinón de la Universidad de Austin en Texas.
¿Qué está haciendo Cuba para paliar la crisis?
Este mes, Cuba redujo la frecuencia del transporte público y redujo la producción industrial para ahorrar energía, de modo que pueda garantizar servicios básicos como hospitales y distribución de alimentos.
Los funcionarios del gobierno han estado alentando a los ciudadanos a aprovechar al máximo la luz natural para ahorrar electricidad y han instado a utilizar más energía animal para ahorrar en diésel.
Hasta ahora, no ha habido grandes apagones. El presidente advirtió que podría haber, pero, de ser así, dijo que serán planificados y anunciados de antemano.
Vía Reuters con Informes de Marianna Parraga y Sarah Marsh