El Tercer gran debate del Programa del periodista José Domingo Blanco, “Mingo”, “Por todos los medios” por RCR750 del viernes 27 de Septiembre de 2019 (verlo en https://youtu.be/GrBDYQIDVt4), protagonizado por Juan Carlos Sosa Azpurua, Erik del Bufalo y José Vicente Haro, es a mi juicio un análisis objetivo y certero de lo que está pasando en Venezuela, pero dejó la sensación global de un pesimismo arrollador.
Por Luis Manuel Aguana
De acuerdo a lo que escuché, los venezolanos no tenemos salidas y estamos condenados a esta pesadilla muchos años más. De acuerdo a nuestros amigos, y resumiendo, fuimos estafados por una dirigencia cómplice el 30A y estamos en la presencia de un monstruo, que aunque logremos sacar a Maduro, el siguiente en turno seguirá en manos de los titiriteros que en la actualidad lo manejan, tanto en el régimen como en su oposición oficial. Un Guaidó incapaz de desafiar el poder ha permitido la continuación de la tragedia venezolana que continuará sin salida por mucho tiempo más, no habiendo “una salida pacífica para el drama que estamos viviendo”.
Nadie querría vivir en país con un panorama así. Sin embargo tres destellos surgieron de esa interesante conversación: 1) “El país se perdió y por eso hay que hablar de renacimiento, de resurgir de las cenizas” (Sosa); 2) “lo único que puede cambiar eso es una situación externa al sistema, que se escape de sus manos y lo descompense” (Del Bufalo); y 3) “Hay que continuar desafiando al régimen y preparar una estrategia para la toma del poder” (Haro). Los tres coincidieron en que era necesario que los venezolanos entendiéramos la naturaleza del monstruo que estamos enfrentando para poder dar las respuestas más adecuadas. Sin embargo el sabor de pesimismo prevaleció en esa discusión.
Y ustedes me preguntarán, “entonces ¿usted no está de acuerdo que le digan la verdad a la gente, aunque sea mala?”. No, todo lo contrario. Hace poco le decía a gran un amigo y escritor, que siempre buscaba en lo que no se decía las respuestas a esta gran tragedia. Y no las veía en lo que escribía, así como tampoco las vi en las respuestas que se dieron en ese debate. Que si bien los políticos estaban al frente y son los actores principales de esta obra miserable, ellos no son los únicos responsables, sino todos nosotros, y que correspondía a las mentes lúcidas como las de ellos señalar los caminos. Es por eso que la gente busca desesperadamente respuestas en las personas que suponen que saben y piensan. Y a mi juicio la respuesta de esas mentes lúcidas no puede ser el pesimismo del “aquí no hay salidas”. Si no se ven ahora es porque no las hemos buscado suficientemente.
Hace poco volví a ver la excelente película protagonizada por George Clooney y Britt Robertson, Tomorrowland, que narra una historia que bien podría compararse con la Venezuela actual, respetando las distancias de la ciencia ficción. Un mundo extraordinario del futuro está condenado a la destrucción por sus propios habitantes. Una maquina que les permite ver el futuro muestra la tragedia que “ocurrirá”, pero esta aun no ha ocurrido. Sin embargo las personas del presente dan por sentado que el futuro está echado, creando una Profecía Autocumplida que provoca ciertamente esa futura destrucción, porque es esa la percepción del porvenir de los habitantes del presente. Como todos piensan que eso es inevitable, el futuro es tenebroso. Solo la mente lúcida del personaje de Robertson, Casey, se pregunta “¿y porque eso tiene que ser así?” y descubre que si se destruye la máquina que “muestra el futuro”, las personas no podrían asumir como verdadero ese macabro fin, dejando solo a cada uno el futuro que podría ser, uno mucho mejor. De allí se resuelve la paradoja y se rompe la profecía.
Y de eso se trata esto, de una Profecía Autocumplida:“Una profecía autocumplida o autorrealizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad” (ver Profecía Autocumplida en https://es.wikipedia.org/wiki/Profec%C3%ADa_autocumplida). Y creo que nos estamos metiendo en una jaula autocumplida y botando la llave, como dije el último día del año 2015 (ver 2016: A contrapelo de una profecía autocumplida, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/2016-contrapelo-de-una-profecia.html). Y el 2016 fue así de malo. Estamos volviendo a repetir el error.
En la película el personaje de Robertson, Casey, dice a propósito de esto, unas frases que veo significativas en el grave contexto de la profecía autocumplida en Venezuela: “Hay dos lobos que siempre están peleándose, uno es oscuridad y desesperación, el otro es luz y esperanza. ¿Qué lobo gana? Al que le das de comer…”. Estamos permanentemente alimentado el lobo de la oscuridad y la desesperación desde que estos delincuentes se apoderaron de Venezuela. ¡Hay que romper con ese círculo vicioso! Ya es hora de empezar a alimentar al otro lobo correcto, el de la luz y la esperanza. ¿Cómo se hace eso?
Venezuela se debate en dos soluciones que son excluyentes: 1) Dialogo con elecciones (régimen y oposición oficial); y 2) Intervención humanitaria con acompañamiento militar extranjero (oposición radical que apoyan el R2P, TIAR y el 187#11). Se insiste en que solo puede haber una. No puede ser la primera porque es inaceptable concurrir a unas elecciones con el régimen para repetir los errores del pasado y que los opositores cohabiten. Y por otro lado no puede ser la segunda, entre otras cosas porque no depende de los venezolanos y la actual situación diplomática internacional indica que la Comunidad Internacional no aprueba una intervención de Venezuela. Entonces, ¿por qué no una solución intermedia?
Todos los venezolanos somos responsables del restablecimiento constitucional y de la vigencia efectiva de la Constitución, de acuerdo al mandato del Artículo 333. Se impone de acuerdo a eso, una solución que nos convoque A TODOS a decidir el futuro del país. Una solución que sea electoral pero que no incluya a los poderes secuestrados por el régimen de Maduro. Una solución donde solamente el pueblo autorice el uso internacional de la fuerza en caso de que no se obedezca su mandato, y que no ocurra la intervención de Venezuela como una decisión externa, sino con nuestra aprobación, y se proteja a los venezolanos de los crímenes de lesa humanidad que se están cometiendo en contra de los ciudadanos.
Esto es, cuando el país no tiene salidas y está trancado, como bien lo indicaron los expertos en ese debate de RCR750, se le da reinicio al sistema como una computadora, convocando a la Soberanía Popular. Esa podría ser “la situación externa al sistema que se escapa de sus manos y lo descompense” que propone Del Bufalo, y el “resurgir de las cenizas que indica Sosa Azpurua. Esa solución confronta el poder como reclama Haro, porque solo el pueblo decide a quien otorgarlo, nadie más.
Entonces solo nos queda la creatividad para armar como resolvemos esa convocatoria al Poder Originario, que hasta ahora nadie quiere, porque todo el mundo teme. Solo nos queda preguntarnos cómo y de qué manera convocamos a la Soberanía Popular. Esas son las preguntas que debemos hacernos y resolverlas. Esa es la ecuación planteada. Tenemos la creatividad para resolver este problema, pero alimentando al lobo correcto de la luz y la esperanza, no al equivocado. ¡Entonces hagámoslo! En eso estamos trabajando…
Caracas, 28 de Septiembre de 2019
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