El próximo 6 de octubre el papa Francisco encabezará un sínodo de tres semanas con obispos amazónicos, bajo el título “Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. Pese a que el cónclave estará enfocado en tratar la grave crisis que está atravesando esa región en Sudamérica, en el mismo el Sumo Pontífice podría terminar con una tradición centenaria.
Por Infobae
Luego de recibir solicitudes de las áreas amazónicas más remotas, el Vaticano dejó abierta la posibilidad de permitir que hombres casados sean ordenados como sacerdotes católicos en esas zonas.
¿En qué consiste esta iniciativa que es muy criticada por los sacerdotes más conservadores? La propuesta aplicaría para hombres casados, con hijos, que cuenten con una posición sólida en la Iglesia. La misma sería a través de la ordenación “viri probati” (hombres probados).
El objetivo sería permitir que esos hombres sean ordenados para llenar el vacío religioso que existe en comunidades escasamente pobladas.
Un documento difundido por el Vaticano el pasado mes de junio señala: “Si bien el celibato es un regalo para la Iglesia, ha habido solicitudes para que, en las áreas más remotas de la región, (la Iglesia) estudie la posibilidad de conferir la ordenación sacerdotal a hombres mayores, preferiblemente indígenas, respetados y aceptados por miembros de sus comunidades”.
“Tienen dificultad para celebrar frecuentemente la eucaristía por la falta de sacerdotes (…) Por ello se pide que, en vez de dejar a las comunidades sin eucaristía, se cambien los criterios para seleccionar y preparar los ministros autorizados para celebrarla”, agrega el texto.
La Iglesia enseña que al permanecer célibe y soltero, un sacerdote puede dedicarse por completo a Dios y a la Iglesia.
Si bien el papa Francisco había dicho antes que consideraría la posibilidad de hacer la ordenación viri probati en áreas remotas y aisladas, dejó en claro también que el compromiso del sacerdocio con el celibato se mantiene intacto. Incluso, en un reciente viaje, sostuvo que prefería “dar su vida” antes de cambiar la regla del celibato.
La propuesta despertó una fuerte crítica en ciertos sectores de la Iglesia, que consideran que se trata de una iniciativa “herética” que llevará a la abolición del celibato sacerdotal.
El cardenal alemán Gerhard Müller indicó que el documento “carece de reflexión teológica” y advirtió que podría hacer que mucha gente abandone la Iglesia. El cardenal estadounidense Raymond Burke, por su parte, adelantó que podría pedir la renuncia de Francisco si continúa con la propuesta.
Los críticos sostienen, además, que esto conducirá a todo tipo de cambios que diluyan la ortodoxia de la iglesia.
El sínodo, que se desarrollará entre el 6 y 27 de octubre en el Vaticano, servirá para tratar esta y otras cuestiones. Quien tiene la última palabra es el Papa. Los cardenales, al término de la cumbre, votará sobre varios artículos en un documento final. Ese texto luego irá al Sumo Pontífice, quien decidirá si se convierte en una exhortación apostólica oficial.
El caso del indígena amazónico que podría dar un giro a la Iglesia católica
Shainkiam Yampik Wananch es un indígena de la ancestral etnia amazónica Achuar, de 48 años, con esposa y 10 hijos. Es uno de los cuatro diáconos Achuar que podrían convertirse en los primeros sacerdotes indígenas casados de la Iglesia.
“En mi corazón lo siento, quiero ser sacerdote”, dijo Yampik Wananch, en Wijint, una calurosa localidad en lo profundo de la región amazónica de Loreto, a unos 1.000 kilómetros al noroeste de Lima (Perú) y donde no llegan señales de radio o televisión local.
“Pero espero que sea la voluntad de Dios”, afirmó el indígena Achuar, que significa en español “hombre del pantano”.
La propuesta, que rompería con siglos de tradición en la Iglesia Católica occidental, nació en los territorios de los Achuar cuando un sacerdote italiano se internó en la selva y evangelizó a los nativos hasta formar diáconos.
“Son hombres de unos 50 años más o menos, ellos son los ‘viri probati’, varones probados”, dijo el administrador apostólico del Vicariato de la ciudad selvática Yurimaguas, Monseñor Jesús María Aristín, quien apoya la iniciativa y participará en el Sínodo, informó la agencia Reuters.
“Han recibido el diaconado permanente, bautizan, casan, celebran la liturgia de la palabra todos los domingos”, detalló.
A Winjint, donde viven aproximadamente unos 200 indígenas, solo se puede llegar después de tres días de viaje en bote a motor por uno de los brazos del río Amazonas desde la ciudad más cercana con acceso a carretera en la selva del país, Yurimaguas.
Según el Vicariato de Yurimaguas, la Iglesia Católica cuenta con 25 sacerdotes para atender 827 comunidades en un área de 72.000 kilómetros cuadrados, por lo que solo puede celebrar la misa dominical en poco más del 10% de las parroquias de la zona.
“¿Por qué a estos diáconos permanentes no se les puede permitir que celebren la eucaristía? ¿Qué es más importante? ¿El celibato o la eucaristía?, dijo el monseñor Aristín.