Julio Castellanos: Transparencia y Democracia

Julio Castellanos: Transparencia y Democracia

Un rasgo resaltante de la administración pública nacional, de los últimos 20 años, es la opacidad, es decir, la ausencia de transparencia. Hoy ni siquiera el parlamento sabe cuándo, cuanto y dónde se gasta el presupuesto nacional dado que Nicolás Maduro, “presidente obrero y conductor de victorias”, no se tomó la molestia de presentar el proyecto de ley de presupuesto ante el legislativo como lo manda la Constitución. Eso sucede en el mismo país que en el pasado destituyó a un presidente por un tecnicismo en el manejo de la llamada partida secreta… hoy es secreto no una partida sino el presupuesto completo.

No obstante, como el mal ejemplo es norma cuando lo practican desde lo alto, los gobiernos regionales y locales hacen lo propio y convierten a los ciudadanos en súbditos al negar el acceso a la información pública. En Carabobo, por ejemplo, nunca se supo (quizá nunca se sepa) como fue que (en medio de las satanizadas sanciones) Drácula adquirió autobuses escolares de segunda mano para ser usados en el transporte público sin que se supiera al menos los montos de la operación (que muy probablemente fue en dólares sin que los gobiernos locales tengan oficialmente acceso a divisas). Las consecuencias de la opacidad pública en este caso se dejan ver en autobuses fuera de servicio (ya dieron su vida útil) o destartalados ofreciendo un pobre servicio a una ciudadanía que tiene como alternativa al “Transdracula” el “Transbaranda”.

Las alcaldías son muestras muy lamentables de esas prácticas. En el caso del municipio Libertador, también en Carabobo, hay obras inconclusas de más de 15 años como el Distribuidor “La Esperanza” al que se le invierten fondos pero no sé le conoce cronograma de ejecución. Una especie de historia sin fin donde los contratistas siempre ganan y el pueblo siempre pierde. 





En ese mismo municipio también se está registrando un brutal desmantelamiento de un centro de salud, la Maternidad “María Ibarra”, los mismos trabajadores denuncian la “misteriosa” desaparición de equipos e insumos al punto en que hoy se encuentra a las puertas del paro técnico. ¿Cómo pueden “perderse” un aire acondicionado, camas hospitalarias, incubadoras o reactivos de laboratorio sin que se den cuenta los directivos? Buena pregunta ¿Cierto?. Una pregunta que podrían hacer los concejales en una interpelación al alcalde pero el bozal de arepa y la indignidad se los impide.

Aunque la Constitución Nacional establece en su artículo 70 como medio de participación la celebración de Cabildos Abiertos, para obviamente abordar temas de interés público, eso nunca se ha hecho en Tocuyito. Admito que al principio pensaba que era solo por pereza de los gobernantes ahora entiendo que es cobardía. El alcalde Juan Perozo, siguiendo el molde de su admirado Francisco Ameliach (incompetente militar, peor gobernante), teme profundamente debatir públicamente los resultados de su larga gestión. Su refugio … twitter e instagram. 

Ojalá pronto puedan celebrarse elecciones libres y competitivas, donde todos los partidos sometidos a la ilegalización, como AD (primera fuerza política en Libertador), podamos demostrar con argumentos, ideas y propuestas que si podemos construir un municipio desde la transparencia y la decencia. El pueblo sabrá despedir, con votos, a quienes se burlan de su sufrimiento. No habrá venganzas porque los resentimientos y los resentidos no están en AD, pero si habrá justicia, verdad y reparación a las víctimas. ¡Sépalo!

Julio Castellanos / @rockypolitica / [email protected]