Chris Watts, mejor conocido como “El Monstruo de Denver”, todavía ama a Nichol Kessinger, la mujer con la que tuvo un romance extramarital, y quería tanto estar con ella que asesinó a su familia por eso. Sin embargo, considera que no estaría en prisión si no fuera por ella.
Nikki Kessinger se vinculó sentimentalmente con “El Monstruo de Denver” pocas semanas antes de que éste asesinara a su esposa embarazada y a sus dos hijas.
“Si no hubiera conocido a Nikki, nunca habría matado a mi familia”, dijo Watts a Cherlyn Cadle a través de cartas y entrevistas concedidas para su próximo libro, Letters from Christopher.
“Él estaba hipnotizado por ella. Ella le mostró el respeto que no sentía que le hubieran mostrado antes”, dijo Cadle al DailyMail en una entrevista exclusiva.
De acuerdo con Cadle, Watts también le contó que todavía ama a Nichol Kessinger, a quien conoció en el trabajo y con quien había estado teniendo un romance durante dos meses hasta que decidió asesinar a su esposa embarazada, Shanann, y a sus hijas Bella, de 4 años, y Celeste de 3 -según él- para poder estar con ella.
“Christopher dice que la amaba como nunca antes había amado a nadie”, compartió Cadle. “Al mismo tiempo, quiere a Shanann, aunque sabe que ella no era su alma gemela ni la persona con la que se suponía que debía estar”.
Cuando la esposa y las hijas de Chris Watts desaparecieron el 15 de agosto de 2018, Kessinger fue a la policía y confesó que mantenía una relación extramatrimonial con él desde menos de dos meses antes. De acuerdo con el testimonio de ella, él le había dicho que estaba en trámites finales de divorcio y que estaba buscando un apartamento para mudarse solo.
Watts preguntó dónde está Nichol y le confesó a Cadle que recibió algunas cartas y postales, firmadas con diferentes nombres, y se pregunta si podrían ser de la mujer a la que llama “su alma gemela”.
No hay pistas de a qué parte de los Estados Unidos pudiera haberse ido a vivir Kessinger, pero inmediatamente después que Watts fue arrestado, varias fuentes indicaron que ella se comunicó con amigos en Wisconsin.
El asesino de 34 años confesó sus sentimientos más profundos a Cadle, una señora de 65 años de Illinois, quien le escribió una carta a principios de este año preguntándole si le interesaría contar su historia en un libro para dejar de lado cualquier pregunta persistente sobre el caso.
Para su gran sorpresa, él estuvo de acuerdo. El libro se publicará el 7 de octubre.
“Creo que respondió porque sentí que, a pesar de que era un crimen tan atroz, todavía podía ser utilizado en prisión para ayudar a otras personas. Estaba claro que él sentía lo mismo. Así que creo que cuando escribí eso, tal vez nadie más le había dicho eso”, afirmó la autora.
Watts acordó permitir que Cadle usara sus cartas a cambio de publicar su testimonio. “El acuerdo era que no tomaría dinero para sí mismo o su familia”, dijo Cadle.
El fiscal del caso que llevó a Chris Watts ser condenado a pasar el resto de su vida en la cárcel sin derecho a libertad condicional, explicó que para estrangular y asfixiar a su esposa embarazada y a sus dos hijas, “El Monstruo de Denver” debe haber demorado de dos a cuatro minutos en cada una.
La cámara de seguridad instalada en la puerta de un hogar vecino registró el momento en que Watts sacaba los cuerpos y los colocaba en su camioneta antes de llevárselos por última vez, de acuerdo con el fiscal de Distrito del Condado de Weld, Michael Rourke.
“El Monstruo de Denver” condujo para llevar a sus hijas, Bella y Celeste a un campo petrolero remoto donde trabajaba y las asfixió.
“No podía creer lo fácil que fue dejarla caer por el agujero y dejarla ir. Escuché el sonido que causó cuando ella golpeó en el aceite”, dijo sobre Celeste.
“(De Bella) escucharé su suave voz por el resto de mi vida, diciendo: ‘¡Papá, no!’. Ella sabía lo que le estaba haciendo. Puede que no haya entendido la muerte, pero sabía que la estaba matando”.
Aunque las señales de violencia en el cuerpo de su esposa Shanann se limitaban al cuello, la mayor de las dos niñas, Bella, luchó contra su padre para salvarse “y se mordió la lengua varias veces” mientras él la asfixiaba. El médico forense halló una laceración de un centímetro y medio en el tejido que une el labio superior con las encías de la niña.
“Cuando cavé el hoyo, parecía mucho más profundo de lo que era. Mientras tiraba de la sábana, ella (su esposa) rodó y se metió en el agujero. Creo que ella había dado a luz. Ella aterrizó boca abajo, recuerdo estar tan enojado con ella que no iba a cambiar cómo cayó”, dijo el asesino según la escritora.
La autopsia confirmó que el saco amniótico de Shanann que contenía al feto sobresalía de su área vaginal. Watts intentó culpar falsamente a Shanann por los asesinatos de sus hijas, alegando que la había visto matarlas en el monitor de la bebé en su habitación y la atacó con rabia ciega.
El juez de sentencia lo calificó como “quizás el crimen más inhumano y cruel que he manejado de los miles de casos que he visto”.