El regreso de la nuestra a Caracas significó más que un simple partido amistoso, tenerla de vuelta es un privilegio que debemos presumir, y que por supuesto, no nos quisimos perder.
El lente de nuestro patillero Juan Peraza capturó una victoria que fundió al equipo en un abrazo con la grada, la cual no dejó de animar y aclamar a sus guerreros que se entregaron sin medidas.
Con el Ávila como testigo, los pupilos del profesor Rafael Dudamel brindaron un espectáculo a la altura de las exigencias: Intensidad, buen juego y goles.
Yangel Herrera, Darwin Machís y Salomón Rondón por duplicado (4-1), pusieron a prueba las gargantas caraqueñas con golazos inolvidables, destacando la acrobacia legendaria del Gladiador de Catia que puso las manos a la cabeza de los presentes.
A continuación, queremos destacar la goleada de la nuestra en un suelo que aún tiene memoria futbolística: