El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, felicitó hoy a la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) su apertura a dialogar, pero dijo que decidió aplicar un toque de queda en Quito para restablecer la tranquilidad, ante las intensas protestas contra su Gobierno.
“Es importante que este llamado al diálogo que hizo el Presidente de la República (el viernes) haya sido acogido por ellos (los indígenas) y les agradezco y felicito”, dijo Moreno en declaraciones reproducidas por la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia.
El mandatario aseguró que va a “restablecer el orden en todo el país” y que para ello estableció el “toque de queda” en el distrito Metropolitano de Quito, donde se han concentrado las protestas contra unos ajustes económicos que aplicó a principios de mes.
“He dispuesto al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, inmediatamente tomar las medidas y operaciones que sean necesarias” para restablecer el orden, insistió el gobernante tras ofrecer a sus compatriotas que “de esto vamos a salir juntos”.
Moreno, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, dijo que detrás de las protestas indígenas hay grupos que generan vandalismo e identificó entre ellos a mafias del narcotráfico, una pandilla juvenil y a los seguidores del expresidente Rafael Correa, a quien acusa de la crisis que afronta su país.
“Todo está completamente claro y lo está también para los hermanos indígenas”, pues son “los traficantes, los narcotraficantes, Latin King (pandilla), criminales y correístas los que están dedicados a hacer estos actos vandálicos”, repitió y dijo que, “ventajosamente” los campesinos ya los han “detectado” y los están separando de sus filas.
El toque de queda en Quito, que entró en vigor a las 15.00 hora local (20.00 GMT), ha obligado a los ciudadanos a refugiarse en sus hogares, aunque aún se mantiene el grueso de la movilización indígena en la zona de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, que se ha convertido en el centro de las manifestaciones que se han sucedido desde hace diez días.
EFE