El Embajador de Venezuela en Canadá, Orlando Viera Blanco, señaló que la aplicación del Tiar en términos de intervención forzosa pasa inevitablemente por una precondición de agresión bélica u hostilidad grave, capaz de poner en peligro la paz y la estabilidad de la Sub región de los países miembros del tratado. Es la denominada teoría de la legítima defensa internacional.
“El mundo ha venido madurando la idea del respeto de los DDHH y su supremacía sobre el principio de no intervención. La Doctrina Betancourt estableció que con dictaduras no debe establecerse relación diplomática ni reconocimiento como representante del Estado, por lo que la soberanía de gobiernos forajidos y opresores no es tal, y queda a merced del orden público Internacional”, expresó.
“Jaime Roldos Aguilera, expresidente de Ecuador, trágicamente fallecido en accidente aéreo durante su mandato (1981) en el marco del Pacto de Riobamba (1.980) puntualizó que en caso de pueblos oprimidos por violadores de DDHH no se puede hablar de no intervención. El Tiar prevé una línea progresiva de disuasión y defensa de agresiones a la integridad de las naciones del tratado, que va desde la suspensión de relaciones diplomáticas hasta el uso de la fuerza en caso de legítima defensa”, continuó.
En este orden de ideas, dijo que hoy Venezuela representa sensibles desafíos para el mundo. “Fijar responsabilidades en la Corte Penal Internacional, subir el velo criminal que se instaló en el país, rescatar un pueblo indefenso y sin armas de un régimen opresor y hambreador e impedir que esto se convierta en un desbordamiento crítico y violento irreversible en toda Latinoamérica, epicentro de agitación, mafias, confrontación social, hambre y anarquía”, amplió Viera Blanco.
Estás declaraciones se produjeron en el marco de su viaje a Singapoure donde participará en reuniones con colegas diplomáticos y autoridades en búsqueda de mayores apoyos a la causa restauradora de libertad y democracia del gobierno del legítimo presidente Juan Guaidó Márquez.
Nota de prensa