Casi 11 mil fallas de electricidad se registraron en Venezuela solamente en septiembre de este año -según cifras del Comité de Afectados por Apagones-, lo que incide directamente en la producción de las industrias pues están perdiendo mercancía y tiempo de trabajo.
La afirmación está respaldada por el coordinador de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Tito López, quien detalló que los apagones de luz retrasan o impiden el proceso de elaboración de productos ocasionando pérdidas millonarias de bolívares.
“Si están fabricando un alimento fotosensible a la luz que debe ser rápidamente empacado y hay un bajón de electricidad, este producto se pierde. Lo mismo pasa con los medicamentos que deben ser refrigerados a siete u ocho grados bajo cero cuando se va la luz: se pierden”, aseveró.
Por otra parte, la maquinaría industrial se descalibra al momento de un descenso de electricidad y al esta volver, tarda en reanudarse el proceso de trabajo. Como resultado, la empresa paga a los empleados horas que no son productivas y en ocasiones tiene que darles el día libre: “Esta situación no ayuda a las industrias que desde hace meses trabajan al 19% por los problemas con el servicio”, dijo.
Mercaderes sobreviven
Los pequeños comerciantes de la Gran Caracas también se ven perjudicados por los vaivenes y apagones de luz al tener que invertir mucho dinero en reparar neveras y otros equipos electrónicos quemados. Esto aunado a que, al no vender bebidas y otros alimentos que necesitan refrigeración, sus ganancias disminuyen y muchas veces ni siquiera las obtienen.
Este último es el caso de la arepera Son Soles, ubicada en el centro de Caracas, donde la encargada Yoli Heredia dijo que las ventas han disminuido tanto porque las personas no tienen igual poder adquisitivo como porque el local ofrece menos productos desde hace tres meses cuando los “golpes” de electricidad quemaron las dos neveras que poseían: la de mostrador y la de la cocina (donde guardaban el pollo y la carne). “Reparar los refrigeradores sale en dólares. Muchos técnicos vienen pero no podemos pagar que la ajusten por el elevado costo”, contó.
Margot Niño vende tortas en una tienda en Capitolio y se quejó de que su nevera tarda en arrancar por las disminuciones de luz eléctrica en la zona. Además “la plataforma de los puntos de venta se cae y demora horas en llegar. En esas ocasiones, las personas que no disponen de dinero efectivo no pueden comprarnos”, añadió.
En la capitalina Panadería El Arroyo el encargado Antoni Yépez relató que los actuales descensos de luz no los perjudican tanto como lo hizo el primer apagón nacional que les dañó un congelador y perdieron una gran cantidad de mercancía. “Las autoridades no nos subsidiaron. Nosotros resolvimos y reparamos el refrigerador”, dijo.
También en el este. El representante de la Panadería Villa Chacao -situada en Chacao- José Ramos denunció que a causa de las caídas de luz perdió cinco neveras, cuyas reparaciones correrán por cuenta de la empresa proveedora.
El dueño de la Dulcería Daviley, Delmar Conde, narró que hace un mes “hubo un bajón y de repente el equipo de sonido comenzó a echar humo. No lo he mandado a reparar por el costo tan elevado”.
Recogen denuncias
La presidenta del Comité de Afectados por los Apagones, Aixa López, dijo que normalmente recogen las denuncias de todas las personas que sufren las consecuencias de las fallas eléctricas y las llevan a la Corporación Eléctrica Nacional. “Las denuncias no son atendidas por esta empresa por lo que estamos redactando una demanda por violación de derecho de petición por parte de los usuarios del servicio para llevarla después al Tribunal Supremo de Justicia, y luego usaremos la vía legal internacional”, afirmó.