Al menos 15 personas murieron y seis se encontraban desaparecidas tras el derrumbe este sábado de una represa ilegal de una mina de oro en Siberia, Rusia.
El hundimiento del dique tuvo lugar en el río Seiba, en la región de Krasnoyarsk, y provocó la inundación de las instalaciones para los trabajadores, en las que vivían las víctimas, según las autoridades rusas.
Según las últimas informaciones, 15 personas murieron y seis estaban desaparecidas, informó a la AFP Aliona Aleksishina, portavoz del Ministerio de Situaciones de Emergencia, con sede en Moscú. Un primer balance hablaba de 13 desaparecidos, pero siete fueron hallados con vida, según las autoridades.
Dieciséis personas fueron hospitalizadas, cuatro en estado grave, señaló por su parte el Ministerio de Salud regional.
Al parecer, la represa se construyó sin respetar la normativa, indicaron los responsables, que aseguraron que las autoridades no tenían conocimiento de la misma. Se abrió una investigación por violación de las normas de seguridad.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dio la orden a las autoridades de asistir a las víctimas e identificar las razones del accidente, declaró a la prensa el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
Búsquedas complicadas
El gobernador regional, Alexander Uss, declaró en televisión que unos 70 empleados residían en esas instalaciones temporales, situadas en la localidad aislada de Shchetinkino, al sur de la ciudad de Krasnoyarsk.
Se calcula que unas 180 personas viven en el yacimiento.
Un equipo de médicos, incluyendo un neurocirujano, fueron desplegados desde Krasnoyarsk, una ciudad a unos 4.000 km al este de Moscú.
La ministra de Salud, Veronika Skvortsova, se ocupó de coordinar la ayuda a los heridos. Varios responsables regionales, entre ellos miembros de la fiscalía e inspectores, se desplazaron al lugar.
Según el ministerio, más de 270 personas participaron en las operaciones de búsqueda y rescate, unas labores que se complicaron porque la mina se ubica en un lugar muy remoto.
Un empleado de la mina, no identificado, declaró a la emisora de radio moscovita Govorit Moskva, que la ruptura de la represa ocurrió de forma repentina.
“La gente estaba durmiendo, al parecer ni siquiera entendieron lo que estaba ocurriendo”, dijo.
Según el trabajador, había cuatro represas similares en esa zona, construidas hace algo más de tres años, y ya se habían producido pequeñas brechas.
La represa pertenecía a la sociedad de cartera rusa Sibzoloto, que no quiso hacer declaraciones.
La construcción del dique violó “todas las normas”, declaró a la televisión el jefe del Gobierno regional, Yuri Lapchin.
Las autoridades decretaron un día de duelo el lunes en la región de Krasnoyarsk.
Este tipo de accidentes son relativamente frecuentes en Rusia, en parte debido a negligencias en la aplicación de las normas de seguridad, a una mala gestión y unos equipos que se remontan a la época soviética.
En agosto de 2009, un grave accidente ocurrido en la central hidroeléctrica de Sayano Shushenskaya, la mayor de Rusia, situada en la región de Jakasia (Siberia), dejó 75 muertos. El incidente fue imputado a la vetusta maquinaria de la central y a errores humanos. AFP