El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, dijo que fueron contratados unos asesinos para matarlo antes de las elecciones generales de 2015 y que se reunió recientemente con el fiscal general, Faris Al-Rawi, después de que se descubriera otra supuesta conspiración para acabar con su vida.
La prensa local recoge este sábado unas declaraciones de Rowley ante seguidores de su formación, el Movimiento Nacional del Pueblo (PNM, en inglés), en un encuentro en Puerto España, capital de Trinidad y Tobago.
Dijo que la primera de las amenazas contra su vida se produjo después de que fracasara una campaña de desprestigio para evitar que se convirtiera en primer ministro.
“Estaban tan desesperados por sacarme en 2015 que contrataron asesinos para matarme”, aseguró Rowley, tras matizar que finalmente los sicarios se echaron atrás y terminaron por confesar ante la Policía.
Las palabras de Rowley se suman a unas declaraciones previas del ministro de Seguridad Nacional, Stuart Young, quien había mencionado que miembros de la oposición habían confabulado para llevar a cabo actos criminales, aunque en su momento no dio detalles.
Rowley dijo que otro de los actos de desesperación del opositor Congreso Nacional Unido (UNC, en inglés) consistió en tratar de acusarlo de violación, simplemente porque había engendrado un hijo en la isla de Tobago, por lo que lo catalogó de “acusación vergonzosa”.
Rowley subrayó que la oposición debía de, en vez de hacer acusaciones infundadas, dar respuesta a supuestas apropiaciones de dinero público.
El primer ministro indicó que también hubo amenazas contra la vida de Al-Rawi, hace sólo unas semanas.
Dijo además que algunas personas esperan que su partido, el PNM, deje el poder para que varios asuntos que pudieran ser objeto de procesos judiciales queden en el olvido.
Trinidad y Tobago es un país de cerca de 1,3 millones de habitantes situado en el extremo sur de las Antillas que se define como una república parlamentaria.
Rowley, de 70 años, ocupa el cargo de primer ministro desde el 9 de septiembre de 2015.
EFE