Hay una poderosa palabra psicológica con la que pueden controlar en silencio a los demás. Esta palabra es: “También” algunos se pueden cuestionar: Pero, ¿yo siempre uso la palabra “también” nada mágico sucede?
Por Yandex
Traducción libre por lapatilla.com
Es correcto, no sucede, porque lo usas en construcciones de discurso clásico, lo que implica genrealmente tu acuerdo con otra persona:
Yo también lo creo.
Yo también lo deseo.
Yo también quiero.
Pero, ¿qué pasa si intentas usar la palabra de otra manera? Ahí comienza la magia.
Puede usar la palabra “también” no solo para estar de acuerdo con el interlocutor, sino también para que empatice con tus pensamientos, ideas y deseos. Para ello, usa la palabra “también” antes que la otra persona.
Por ejemplo, si después de conocer a una mujer u hombre que te atrae:
Y en la primera oportunidad, dices “me da lo mismo que a ti” utilizando lo palabra “también” Incluso si a la otra persona no le gustas, hay una alta probabilidad que en un nivel subconsciente, la otra persona sienta atracción. Y después de un tiempo, el interlocutor comenzará a pensar que le gustas.
A veces, aceptando la instalación del “también” en un nivel inconsciente, una persona puede dudar.
Ante una respuesta como… ¡Espera, no dije que me gustas!
En tales casos, es más efectivo no enfrentar sus objeciones, no interfieras con el inconsciente. Es preferible fingir que no escucho o cambiar delicadamente el tema.