Precios de los aliños verdes devora el bolsillo de los guaros

Precios de los aliños verdes devora el bolsillo de los guaros

Fotografía del 28 de agosto del 2019 donde se observa un local de venta de alimentos en un mercado popular, en Caracas (Venezuela). EFE/MIGUEL GUTIERREZ

 

A sazonar con pura sal. Altos precios de los aliños verdes obliga a las amas de casas a prescindir de los rubros como ají dulce, cebollín, pimentón y ajo porro, pues el salario no da para cubrir esos gastos.

Por Luis E. Marchán | LA PRENSA de Lara

“Me ha tocado aliñar las caraotas sólo con sal, no saben muy bien, pero no queda de otra. Con mi sueldo no puedo darme los gustos de comer como antes”, señaló Iraima Cuicas desde el centro.

Y es que el kilo de pimentón, cilantro, cebollín y ají dulce tiene un valor de 20 mil bolívares, cada uno, un monto que pocos guaros pueden pagar ante la galopante inflación que ha vaciado los bolsillos de los venezolanos.

Ante el alto costo que tienen estos rubros, comerciantes se las ingenian para lograr su venta. Arman combos de aliños verdes con un poquito de cada uno y lo ofrecen a precios de ganga. La gente se los lleva como pan caliente y resuelven de tres a cuatro comidas.

En El Manteco, por ejemplo, se ven los combos con 300 gramos de pimentón, 300 gramos de ají dulce, una ramita de cebollín y otra de cilantro por un total de Bs. 9 mil. Mientras que el combo que tiene 100 gramos de cebollín y cilantro cuesta 3 mil bolívares, y el combo de ají dulce, cebollín y cilantro en Bs. 5 mil.

“Llevaba en mi cartera 20 mil bolívares para comprar aliños en El Manteco, pero sólo pude comprar dos combos de 9 mil bolívares. Me tocará rendirlos para que alcancen para una semana”, dijo María Quintero, vecina de Barrio Unión.

En el mercado San Juan, Jorge Sánchez, trabajador de la construcción y residenciado en La Paz, se recorrió puesto por puesto hasta que finalmente compró una bolsita de ají, pimentón y cilantro a Bs. 4 mil. “Eso bastará para hacer una agüita de caldo para el almuerzo”, dijo.

“El sueldo ya no alcanza para llenar una bolsa de comida”, expresó muy angustiada una profesora que salía del Terepaima.

Exit mobile version