Trinidad y Tobago es uno de los destinos más cercanos y más accesibles por mar para miles de venezolanos que viven en medio de la desesperación.
Por: Cristina Caicedo Smit | Voz de América
Separado por apenas 100 kilómetros de Venezuela, el territorio trinitario se ha convertido en uno de los sitios del Caribe que más recibe a aquellos que están dispuestos a dejar toda una vida atrás en Venezuela para escapar de la crisis y de la falta de esperanzas.
Pero se equivocan los que esperan encontrar el paraíso. Las mujeres, por ejemplo, son a menudo vulnerables y blanco del acoso y la discriminación por ser venezolanas, según organizaciones humanitarias basadas en ese país.
La Voz de América obtuvo el testimonio de mujeres como Mercedes Díaz, de 28 años y tres de ellos vividos en Trinidad y Tobago.
“Aquí tú no puedes salir a la calle. Yo no salgo porque aquí los hombres son demasiado abusadores, creen que somos prostitutas”, dijo Díaz.
Cuenta que salió de Venezuela por la falta de trabajo, de oportunidades y con el propósito de ayudar a su familia. Pero sobrevive, -dice-, sorteando el miedo.
“Los trabajos que les dan a las venezolanas más que todo es en bares, entonces a mí más de una vez a la semana me preguntan que cuánto cobro”, dijo.
El temor al acoso
Historias como la de Mercedes empezaron a ser más frecuentes entre las mujeres venezolanas que viven con temor a ser llamadas en la calle, detenidas o acosadas.
La coordinadora para refugiados de la organización “Living Water Community”, Rochelle Nakhid, explicó a la VOA que reciben constantes denuncias por parte de venezolanas que son víctimas de acoso y en algunos casos de tráfico humano.
“Hemos visto casos de personas que traen chicas a nuestra oficina. A veces muchachas que salen de un automóvil, jóvenes que dicen que tienen más de 18 años, pero no tienen ningún tipo de identificación que indique que la edad es mayor de 18 años”, explicó Nakhib.
Una joven venezolana entrevistada por la VOA que pidió no ser identificada, dijo que entró de manera ilegal a Trinidad y Tobago y se refirió al mal trato recibido de parte de algunos trinitarios.
“Me han quedado muchas vivencias de que en la vida la gente no tiene que juzgarnos así. Somos todos seres humanos, los venezolanos no somos así. Aquí la cultura es tan mala, las personas son algunas malas. Sí hay personas buenas, pero también hay personas muy malas, aquí denigran mucho a los inmigrantes”, dijo.
La VOA intentó sin éxito entrevistar a autoridades trinitarias para tener el punto de vista del gobierno sobre estas y otras denuncias.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, se refirió al tema de la mujer durante una intervención en la reciente Asamblea General de Estados Americanos (OEA), en Nueva York.
“Es igualmente importante consolidar un sistema integrado de protección social que mejore las condiciones de vida y cree oportunidades para que las mujeres y las niñas alcancen su máximo potencial”, dijo.
Rowey no aludió, sin embargo, a si esta protección también aplica a la creciente población de venezolanas en Trinidad y Tobago, entre ellas Mercedes Díaz, quien solo ansía ser libre en Venezuela o reunir dinero suficiente para irse a España.
“No me siento libre, me da miedo salir sola, porque han pasado cosas, hay casos, una vez un tipo intentó halarme para dentro de un carro, ellos simplemente lo ven a uno como un objeto”, concluyó Díaz.