La realidad observada: vocería inútil, exportación de grupos violentos, agotamiento del formalismo y el lanzamiento de la sociedad venezolana al canibalismo, en una economía de subsistencia y un funcionariado completamente corrompido, sugiere de inmediato, que debemos asumir la conducción del país; “parir los liderazgos”. Haciendo referencia a los conceptos gerenciales; a estas alturas poco importa si los líderes nacen o se hacen. Lo que si debe hacer el líder es sobrepasar un statu quo que independientemente de sus características; en este momento no va a mover un dedo para cambiar la situación y va a optar por lo más fácil. El líder en Venezuela debe hablar como hecho concreto y comparar públicamente entre liberalismo y socialismo, elaborar una propuesta académica que le de sustento al estado liberal y a la economía sana y productiva del país. También este líder deber lograr aglutinar lo mejor de la sociedad venezolana; sin menospreciar a ninguna persona, pero si asumiendo que el diseño y planificación de un país debe estar dirigido por el mérito y la virtud; aunque frente a las leyes todos seamos iguales.
Pero lo más importante es, que el líder debe imaginar y crear escenarios nuevos, diferentes, de verdaderas oportunidades, inclusive sobrepasando las formalidades, no puede este liderazgo esperar fenómenos imposibles en el escenario actual y dando más tiempo a la nada. Ir por lo alto e integrar elementos políticos, económicos, militares y espirituales, lograr la necesaria y urgente alianza para doblegar y derrotar a los tiranos y males, los cuales arrastramos desde el siglo pasado. Este liderazgo a nivel nacional debe plantarse de una vez por todas y salir a buscar la solución: formular tratados, planificar y coordinar la movilización definitiva, su tiempo de duración, los incentivos, entre otros elementos. En conclusión este agente-líder, con el mandato de conducir la acción internacional, debe concretar la solicitud de apoyo. Lo demás sería claudicar también, estancarse en el lodo de la pasividad, consolidar la convivencia con el mal y perpetuar la Venezuela de esclavitud, miseria, atraso y conformismo.