La amenaza de Evo de cercar ciudades en Bolivia desató críticas de la oposición

La amenaza de Evo de cercar ciudades en Bolivia desató críticas de la oposición

Carlos Mesa. Foto por Pedro UGARTE / AFP

 

La advertencia del presidente de Bolivia, Evo Morales, sobre cercar las ciudades en caso de que sus contrarios continúen con las protestas ante un posible fraude electoral, desata críticas en el país.

El expresidente y principal opositor boliviano, Carlos Mesa, deploró este domingo las amenazas de Morales y manifestó que los bolivianos no dejarán de movilizarse en las distintas protestas que se prolongaron durante toda la semana exigiendo una segunda vuelta electoral y el respeto de su voto ante un posible fraude electoral.





“No tenemos miedo ni nos dejaremos amedrentar por un gobierno que pretende acallar las voces ciudadanas que no van a cesar hasta que su voto se respete”, señaló Mesa a través de un comunicado.

Morales en un acto realizado el sábado en el departamento de Cochabamba, el bastión del presidente, expresó que en las ciudades “dejen de perjudicar con paros” y que si persisten las movilizaciones van a realizar un “cerco” al área urbana.

“En las ciudades dejen de perjudicar con paros, si quieren paro, no hay problema, nosotros vamos a acompañar con cerco a las ciudades, para hacernos respetar, a ver si aguantan”, expresó Morales.

Las protestas se suceden en Bolivia desde que el pasado lunes unos resultados preliminares publicados por el órgano electoral auguraron de repente una victoria de Evo Morales en primera vuelta, cuando el día antes apuntaban a una segunda ronda con el candidato opositor y expresidente Carlos Mesa. EFE/ Luis Ángel Reglero

Un cerco es un bloqueo de entrada y salida del campo a la ciudad que puede ser de personas como de alimentos que se producen en el área rural, sin embargo, Morales no dio detalles a qué se refería.

Mesa expresó que Morales recurre al “discurso del miedo”, pero que “sus amenazas ya no funcionan” porque la gente sale a las calles por la defensa y el respeto de la democracia.

“Vamos a defender ese derecho con todo el vigor que nos da la verdad, la razón y el sentido de libertad, valores que tenemos profundamente enraizados desde nuestro nacimiento como nación”, reza el boletín.

Además, el opositor lamentó que Morales utilice un “discurso de odio y división” entre bolivianos, intentando generar miedo y “acciones violentas” en algunos puntos de bloqueo.

Los supermercados y mercados en varias ciudades del país están llenos de personas que intentan tomar previsiones y comprar alimentos ante las declaraciones de Morales.

Jóvenes participan en una marcha que rechaza la reelección de Evo Morales. EFE/ Luis Ángel Reglero

Las protestas en Bolivia suceden desde que el pasado lunes a raíz de unos resultados preliminares publicados por el órgano electoral que auguraron de repente una victoria de Morales en primera vuelta, cuando el día antes apuntaban a una segunda ronda con Mesa.

Toda la semana hubo protestas y paros en importantes ciudades bolivianas como La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija, Sucre, Potosí exigiendo una segunda vuelta y el respeto del voto y la democracia.

Para el lunes se convocó a un paro nacional indefinido mientras que los seguidores de Morales realizarán un acto de festejo por el cuestionado triunfo de Morales en primera vuelta.

El viernes, el órgano electoral dio los resultados al cien por cien de los comicios generales que señalan que Morales logra 47,08 por ciento de los votos, frente al 36,51 de Mesa, con una diferencia del 10,57 que le es suficiente para ganar en primera vuelta, con solo un 0,57 décimas de margen.

La ley electoral exige el 50 por ciento de los votos más uno o el 40 con 10 puntos de ventaja sobre el segundo para vencer en primera vuelta, pero cuando no se logran estos porcentajes, se va a segunda ronda entre los dos más votados.

Mesa llamó este fin de semana a la “movilización ciudadana permanente” tras desconocer el resultado que da vencedor de las elecciones a Morales, a quien instó a recapacitar para encontrar una salida a la crisis en el país.

EFE