Estos asaltantes no les importan constituciones, leyes, llamados internacionales, tampoco organismos como la OEA y menos la ONU, – donde controlan con el comunismo internacional las instancias que deberían poner coto a la violación de derechos humanos-. Ya se sabe que el narcotráfico es quien manda en esos países y nada les importa. Asesinan opositores y se burlan de los parlamentos. Es una verdadera calamidad.
El 21 de febrero de 2016 fue el primer campanazo dictatorial claro. Morales perdió de largo a largo un referéndum, que pretendía permitirle presentarse a la reelección, cuando está constitucionalmente prohibido. Con un tribunal electoral a lo Lucena se saltó a su antojo la legislación, para participar en una campaña donde utilizó todo tipo de ventajismo. La novela parece copiada de Venezuela. Los mismos que cometen el fraude en nuestro país, andan con su espada ladrona y ventajista haciendo añicos la democracia latinoamericana.
No se encuentra explicación alguna como existen todavía planteamientos para salir de la usurpación venezolana electoralmente, con este grupo de pillos, apoyados por rusos y cubanos, que han construido un libreto universal para robarse cualquier elección, a sabiendas que no cuentan con el apoyo popular. En comicios sanos y legales, ni el usurpador venezolano, ni el usurpador boliviano, lograrían más del 15 por ciento de los votos.
El entramado criminal en su vertiente electoral, lógicamente sustenta su apoyo logístico en la vasta red criminal que se dirige desde Venezuela, y que tiene en Bolivia uno de sus tentáculos: la millonaria ruta de la cocaína en el altiplano. La coca del chapare es procesada y trasladada luego al aeropuerto de Chimoré – el aeropuerto más grande de Bolivia- para el respectivo reparto internacional, basado en la estructura gubernamental, que se ha denunciado en muchas oportunidades; en esa pista cocainómana de la terminal aérea, fue presentada la ilegal candidatura de Morales, con un festín financiado por los capos y el bandidaje gubernamental.
Mientras los falsos ecologistas se rasgan las vestiduras en Brasil, callan ante el desastre de la chiquitanía, millones de hectáreas que Evo Morales ordenó quemar para complacer e impulsar el negocio de los grandes cultivadores de coca. Las llamas de Morales desplazaron de sus hogares 82 mil habitantes de la región. Igual sucede a los ecologistas sordos y que voltean para otro lado, ante el desastre ecológico del arco minero en Venezuela.
El crimen de este forastero del castrochavismo contra las nuevas generaciones, es de gigantescas proporciones. En Bolivia no solo se roban votos, sufragan los muertos, se llevan las riquezas y como en Venezuela, cuando el pueblo se pronuncia apagan la luz y modifican las cuentas.
Si los demócratas del mundo siguen permitiendo este arrase criminal, pronto se adueñaran de toda américa Latina. El fraude boliviano evidencia una vez más que estas mafias criminales no van a salir por las buenas.
PD. Quien ahora debe cuidarse en Argentina es el escogido como Presidente títere. Los Kirchner, si no se cuida le roban la cartera, y si se descuida puede correr la suerte del fiscal Alberto Nisman, para que la señora asuma directamente la presidencia, Para eso está la Cámpora, colectivos terroristas argentinos.