Argentina es el primer país del mundo que pasará al libro Guinness de los récord por tener una vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, con trece procesamientos, siete órdenes de detención, millones y millones de dólares y 2.200 causas por corrupción a miembros de su Gobierno o vinculados al mismo.
La senadora, que no está en la cárcel gracias a sus fueros, una vez que se celebre la investidura de Alberto Fernández y la suya, se convertirá en la segunda persona en la cadena de mando del país. Ante enfermedad, ausencia o fallecimiento del presidente, “Cristina” será, de nuevo, la señora presidenta.
El regreso de la viuda de Néstor Kirchner (el domingo se cumplieron nueve años de su muerte) vino acompañado de la la marchita peronista y el griterío.
“Empoderada”, término que la expresidenta adora, exigió la noche de las elecciones, al presidente Macri que “ejerza su responsabilidad hasta el 10 de diciembre” y cuide “el patrimonio del pueblo”. Lo que, en rigor, ella no hizo.